La ambivalencia del trato de Javier Milei presidente de Argentina para con China hizo poner en duda la renovación del swap por 5000 millones de dólares. Finalmente el mismo se firmó y extendió hasta 2026, pero ¿ que hay detrás de esto?
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SUSCRIBITEEn junio, el Banco Central de la República Argentina renovó el intercambio de monedas con China en 5000 millones de dólares. ¿Existen clausulas confidenciales?
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SUSCRIBITELa ambivalencia del trato de Javier Milei presidente de Argentina para con China hizo poner en duda la renovación del swap por 5000 millones de dólares. Finalmente el mismo se firmó y extendió hasta 2026, pero ¿ que hay detrás de esto?
Argentina y China arribaron al primer acuerdo de este tipo en 2009, durante el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner por un monto aproximado de 70 millones de Yuanes, 38 millones de pesos argentinos, lo que equivalía en ese momento a 10 millones de dólares. Si bien el mismo se firmó por 3 años, nunca se llevó a activar y fue renovado en 2014 bajo la segunda presidencia de CFK y con Axel Kiciloff al frente del Ministerio de Economía. EN 2015, el mismo se renovó, si bien en Yuanes la cantidad era la misma, en pesos la cantidad firmada fue de 175 millones.
Bajo la presidencia de Mauricio Macri, ambos bancos centrales en 2018 firmaron un acuerdo suplementario donde se incluyó el requisito de que la Argentina mantuviese vigente un acuerdo con el FMI. Esto consistía en la remoción de los controles de capital, lease cepo al dolar, la modernización de la política monetaria, la resolución de los conflictos con los tenedores de bonos, o sea el conflicto con los fondos " buitres", la vuelta a los mercados de capitales y el realineamiento de las tarifas y se renovó en 2020 sin el requisito de mantener un acuerdo con el FMI.
En 2023, ya bajo la presidencia de Alberto Fernández, el presidente del Banco Central de la República Argentina, Miguel Ángel Pesce, suscribió la renovación anticipada del swap por 18.500 millones de dólares por 3 años más. En ese momento, la relación con China comenzó a complejizarse y por ende el swap porque el recién electo presidente Javier Milei se pronunciaba de no entablar “pactos con comunistas”, Esto se agravó aún más cuando al asumir en en diciembre del 2023, tras la salida de Vaca Narvaja de Pekin, dejó la embajada argentina en China con una funcionaria de rango menor.
Sin embargo, todo esto debió comenzar a ser revisado con el ministro de economía Luis Caputo, ante los problemas de balanza de pagos, que complicaría la economía de la gestión, expresó a Milei la necesidad de renovar el swap chino, cuestión que se formalizó recién en junio de 2024. El Swap con China es un intercambio de monedas entre bancos centrales1. En este caso, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) le da pesos al Banco Popular de China (BPC), y el BPC le entrega yuanes al BCRA El swap de monedas le permite al BCRA incrementar la disponibilidad de divisas de forma casi automática, haciendo efectivo el intercambio de monedas con China, y convirtiendo los yuanes en dólares estadounidenses
El swap ha sido parte de los acuerdos que estrecharon las relaciones entre la Argentina y China, de esa forma hasta por lo menos el gobierno de Alberto Fernández, garantizaron proyectos como la construcción de infraestructura para el país latinoamericano, fundamentalmente las represas Néstor Kirchner - Jorge Cepernic , convirtiéndose en las obras de energía renovable más importantes que tiene China fuera de su territorio. Tras la asunción de Javier Milei, en parte por la ambivalencia en la relación con China y en parte por la política de ajuste del estado, las obras se paralizaron, lo que puso en riesgo la renovación del swap que finalmente se destrabó en junio a condición de reducir gradualmente el monto adeudado, ya que había vencimientos por más de 2.900 millones de USD en junio y otros 1.900 USD que debían pagarse en julio. Se espera que el BCRA pague los compromisos el próximo año, 2025, y los cancele a mediados de 2026.
La aparente generosidad de China conlleva riesgos para la economía de los países que contraen estos acuerdos. Un análisis de The Associated Press de 2023 indicaba que de la decena de países más endeudados con China -Pakistán, Kenia, Zambia, Laos y Mongolia- halló que el pago de esas deudas se lleva una proporción creciente del dinero recaudado por impuestos necesario para mantener abiertas las escuelas, suministrar electricidad y pagar alimentos y combustibles.
Por otro lado informe elaborado por AidData, laboratorio de investigación perteneciente al College of William & Mary en Estados Unidos, junto con el Center for Global Development, el Kiel Institute for the World Economy y el Peterson Institute for International Economics, analizó que de 100 contratos firmados desde 2014 por el Banco de Exportación e Importación y el Banco de Desarrollo de China con 24 países, incluidos Argentina, Ecuador y Venezuela, 38 contienen cláusulas de confidencialidad de gran alcance que dificultan a otros acreedores determinar la verdadera posición financiera del prestatario.
Se señalaron entre otras, cláusulas de incumplimiento cruzado provocadas por cualquier acción considerada adversa a los intereses de “una entidad de la República Popular China”. Otras dan derecho al prestamista a un reembolso inmediato si se terminaban las relaciones diplomáticas de un país deudor con China Existe por otra parte una muy específica denominada No Club de París” que prohíbe a los países reestructurar los préstamos chinos en igualdad de condiciones y en coordinación con otros acreedores.
Particularmente en el caso del swap, estos permiten a los países tomar en préstamo dinero de uso generalizado como el dólar para compensar una escasez momentánea de reservas en monedas extranjeras. Sus fines son de liquidez y duran pocos meses. El problema es que fungen como préstamos y cobran tasas de interés superiores a lo habitual. Y sobre todas las cosas, no figuran en la contabilidad como préstamos que se sumarían a la carga de la deuda de un país.