22 de septiembre de 2023 - 00:06 Por Uriel Salamon La presencia de China en América Latina ha venido creciendo a pasos agigantados en América Latina en las primeras décadas del siglo XXI. Lo hace a través de inversiones de todo tipo y presencia vinculada a cuestiones estratégicas como hemos venido destacando en EL ARCHIVO. de Rusia e Irán. No obstante no son los únicos que por fuera de la Unión Europea o Estados Unidos, tradicionales socios comerciales de la región. En los últimos años se advierte una creciente presencia, de forma más solapada, de estos países con diversos intereses.
Sin dudas, China termina siendo el ejemplo más claro, dado que el comercio con la región ha pasado de 12.000 millones de dólares en 2000 a 445.000 millones en 2021, a los que se suman, entre 2005 y 2021, préstamos a países por por parte de los grandes bancos estatales chinos por valor de 139.000 millones. Ni hablar de su avance sobre cuestiones más sensibles en áreas de seguridad: en Junio de este año The Wall Street Journal había advertido que Pekín planeaba abrir una base en Cuba para mejorar la capacidad de recolección de señales electrónicas provenientes de EEUU. No sería una novedad ya que es conocida la polémica por la estación de observación del espacio profundo en la provincia argentina de Neuquén, tema que llegó a ser parte de las consultas al Secretario de Estado en el Capitolio o la detección a principios de año de un globo aerostático de vigilancia sobre cielos de Colombia y Costa Rica.
america-latina-socios-comerciales.jpg
El crecimiento de China en la región
Por otra parte la construcción o ampliación de instalaciones portuarias dentro del proyecto llamado Nueva Ruta de la Seda ha llevado a la construcción de una gran terminal marítima en la localidad peruana de Chancay, a 50 kilómetros al norte de Lima. Por ahora quedó en el tintero un convenio firmado con la provincia argentina de Tierra del Fuego que preveía un puerto multipropósito que lo dejaba a las puertas de una posición estratégica en relación a la Antártida y al estrecho de Magallanes, pero ha sido otra de las claras intenciones chinas de avanzar sobre la región.
Rusia por su parte ha buscado de diversas formas penetrar en la región. La gira del canciller Serguéi Lavrov por cuatro países de América Latina para explotar la ausencia de una postura única sobre la invasión militar rusa de Ucrania es una de ellas.n Durante su estancia en esta parte del mundo Lavrov no solo aprovechó para visitar a sus aliados tradicionales –Cuba, Nicaragua y Venezuela–, sino que apuntó también a Brasil sabiendo el peso que tiene en la zona y buscó apoyo diplomático al afirmar que Brasil y Rusia compartían una “única visión” sobre el conflicto ucraniano. No obstante estas declaraciones no fueron dichas en el aire, sino apoyada en la posición poco clara de Brasil sobre la invasión rusa de Ucrania que ha molestado en EEUU. AL administración Biden acusó a Lula de repetir la propaganda rusa e irritar al mandatario ucraniano, Volodímir Zelensky.
Entre las potencias extra continentales solo faltaría caracterizar la presencia de Irán. Su presidente, Ebrahim Raisí, mantiene fuertes lazos con Venezuela, Cuba y Nicaragua. De hecho una flotilla iraní, compuesta por una fragata y un buque de apoyo logístico, recorrió las aguas de Sudamérica, en el marco de una circunnavegación cuyo único fin manifiesto por Teherán era llevar su bandera hasta los rincones más remotos.
Es necesario recordar que este año Nicolás Maduro anunció la renovación del complejo de refinación del Centro de Refinación Paraguaná (CRP), tarea que llevarán adelante Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán (NIORDC). También que durante el desfile conmemorativo de la independencia de Venezuela se hayan presentado a los drones Mohajer-2, que ahora se los conoce como Antonio José de Sucre-100 (ANSU-100), dispositivos que fueron modernizados y ensamblados en Venezuela, pero de origen Iraní.
Por supuesto ni hablar del escándalo suscitado en Argentina por el avión propiedad Emtrasur que antes había operado para la empresa iraní Maham Airlines. Maham Airlines y Emtrasur están sancionados por Estados Unidos por orden de la Oficina de Control de Activos Extranjeros y Sanciones del Departamento del Tesoro de EE.UU. Es decir, dos empresas por sobre la que pesan sanciones, una por vínculo comercial y la otra porque desde EEUU entienden que existe una supuesta relación con la Fuerza Quds, un grupo paramilitar etiquetado como terrorista, y que pertenece al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC).
En definitiva, China, Rusia e Irán se muestran interesados y activos en la región. En Latinoamérica se sienten cómodos relacionándose con países con fuertes discursos ideológicos "antiimperialista" y que no tiene problemas en aliarse con gigantes extra continentales sobre los que pesan acusaciones varias de violaciones a los derechos humanos.
