21 de marzo de 2024 - 09:22 Por Uriel Salamon Desde hace aproximadamente dos años, desde EL ARCHIVO, veníamos siguiendo con atención la novela de la provisión de aviones para la Fuerzas Armadas Argentina. Cuando durante la mayoría del tiempo todo apuntaba a China, la llegada al gobierno de Milei cambió todo de rumbo hacia EEUU.
Los vínculos económicos y políticos del kirchnerismo con China llevaron a que fuese muy fuerte la posibilidad de que Argentina adquiriese al gigante asiático una partida de 12 aviones supersónicos JF-17 Thunder Bloque III. Fue tan real esta chance, que incluso el jefe de la Fuerza Aérea, Brigadier Isaac, había viajado a China a inspeccionar los mismos y en la partida establecida en el presupuesto 2022 se había colocado por 664 millones de US$. Pero, a diferencia de lo que ocurría habitualmente donde ninguna de las estimaciones especifica detalles de origen, marca y modelo, dado que aún debía ser sometida a una licitación o compulsa internacional, en la misma, los aviones aparecían justamente con todos los datos antes mencionados. Es decir, sin haber licitación o evaluaciones, ya estaba previsto que sean los JF-17 Thunder Bloque III de origen chino. Sugestivamente, esta información luego fue desmentida desde el Ministerio de Defensa, atribuyéndolo a a un "error de carga".
El giro hacia EEUU
Si bien, la caótica situación económica del final del gobierno de Alberto Fernández había congelado la compra, el triunfo en las elecciones por parte de Javier Milei representó un giro tanto político como ideológico y ello incluyó al vínculo con China y con EEUU. Mucho más alejado de China, al punto de amenazar en la campaña electoral con la ruptura de relaciones, el actual presidente de Argentina mostró un vínculo fuerte con EEUU y en esa relación reflotó una posibilidad que tenía que ver con comprar los aviones pero de fabricación estadounidense.
Los F-16 fabricados en EEUU, hoy en poder de Dinamarca, habían sido una segunda opción del gobierno de Fernández, que claramente se inclinaba hacia los chinos para reequipar las FFAA. El cambio de gobierno abortó definitivamente esa dualidad y, en ese contexto, en las últimas horas trascendió que finalmente el Gobierno concretará la compra de los aviones F-16. Para ello visitará Argentina el ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Poulsen. Sin embargo, ante la cuestión del costo de los mismos, dada que la situación de la economía argentina sigue compleja y el discurso oficial plantea una línea de recortes y austeridad, se conoció que la compra será a través del financiamiento negociado y otorgado por Estados Unidos. Dicho crédito que otorga EEUU le daría al país 6 años para pagar el monto total de la deuda adquirida, que rondaría cerca de 650 millones, compuesto por 338 millones de los aviones, repuestos y simuladores de Dinamarca y 312 millones para el armamento norteamericano.
Sin embargo, más allá de cuestiones de giros ideológicos, hay que decir que, como lo había declarado en su momento a EL ARCHIVO, Fabián Calle, especialista internacional y en defensa, las aeronaves chinas presentaban algunas dificultades desde lo técnico, sobre todo maniobras fuertes. En cambio, los F16 de fabricación estadounidense, pero hoy en poder de Dinamarca, cuentan con una actualización que los convierten en aeronaves muy modernas a la par de los de primera línea, ya que son los que envían a las maniobras y ejercicios de la OTAN.
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Los F16 de EEUU que adquirirá Argentina
Visitas de EEUU
Junto a esta confirmación, la relación de Argentina y EEUU se verá reforzada con dos visitas de alto rango. Por un lado el director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos William Burns, llegó a la Argentina para reunirse en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. No es un dato menor si se tiene en cuenta que la última vez que un jefe de la CIA estuvo en la Argentina fue en 2010, cuando Leon Panetta viajó al país a principios de ese año durante la presidencia de Cristina Kirchner. Burns fue recibido primero por Silvestre Sívori, jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), y luego cruzó a Casa Rosada para ver a Posse. No es el primer encuentro entre ellos que ya que el jefe de gabinete ya se había reunido Burns en su último viaje a Estados Unidos, a principios de este año.
En esa visita, Posse también se reunió con la jefa del Comando Sur, la generala Laura Richardson, quien en unas semanas visitará Buenos Aires, reforzando aún más entonces esta serie de acercamientos a EEUU que incluye por supuesto la compra de los aviones, pero también los encuentros bilaterales.
La agenda de Richardson y la mirada de EEUU a la Patagonia
La generala Richardson, además de encontrarse con autoridades argentinas, tiene en carpeta una visita a Neuquén y otra a Ushuaia. No es casual ya que se trata de dos puntos sensibles para los intereses de EEUU. En Neuquén, como hemos destacado varias veces en EL ARCHIVO, la Argentina y China instalaron una estación de observación espacial bajo la tutela de China y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), Estación que siempre EEUU observó con desconfianza, dada la sospechas de la utilización de tecnología dual para disimular bajos fines científicos otras actividades. Más al sur, a EEUU le preocupa la posibilidad de que China instale terminales portuarias en Tierra del Fuego dado los convenios firmados por la provincia en esa dirección.