14 de marzo de 2025 - 16:19 Por Sarai Avila Las delegaciones de Estados Unidos y Ucrania se reunieron en Yeda, Arabia Saudita, en un intento por avanzar hacia una paz duradera en el conflicto con Rusia. En el encuentro, ambas partes acordaron un alto el fuego provisional de 30 días, condicionado a la aceptación de Moscú, y la reanudación de la asistencia militar estadounidense a Kiev. Sin embargo, el mayor ataque con drones ucranianos sobre territorio ruso desde el inicio de la guerra amenaza con dinamitar las conversaciones diplomáticas.
Un diálogo clave en un escenario inesperado
La elección de Arabia Saudita como sede para estas negociaciones no es casual. Bajo el liderazgo del príncipe heredero Mohammed bin Salman, el reino ha buscado proyectarse como un mediador global en conflictos internacionales. Además, la creciente cooperación económica y diplomática entre Washington y Riad ha elevado el perfil geopolítico de Arabia Saudita. La presencia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en territorio saudita también responde a un esfuerzo por reforzar su relación con Estados Unidos, tras el enfriamiento de los lazos diplomáticos luego del tenso encuentro entre Zelenski y Donald Trump en febrero.
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Estados Unidos y Ucrania se ponen de acuerdo para un cese temporal del fuego. Putin exige garantías.
El papel de Trump en la negociación
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha redefinido la postura de Washington respecto a la guerra en Ucrania desde su regreso a la Casa Blanca. Su administración ha condicionado la asistencia militar a Kiev a la disposición de Ucrania de aceptar negociaciones de paz. Trump ha enfatizado que su prioridad es llegar a un acuerdo con Rusia, promoviendo un alto el fuego como primer paso. En ese marco, Estados Unidos propuso un cese de hostilidades de 30 días, renovable por acuerdo mutuo, con la intención de sentar las bases para negociaciones más amplias.
Mike Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump, y Marco Rubio, secretario de Estado, lideraron la delegación estadounidense en Yeda. Ambos reiteraron que el éxito del proceso de paz depende de la reciprocidad rusa. "Nuestra esperanza es que los rusos respondan 'sí' lo más rápido posible, para que podamos llegar a la segunda fase de esto, que son negociaciones reales", declaró Rubio.
Ucrania y su búsqueda de garantías
Por su parte, Ucrania ha mostrado disposición para aceptar la propuesta de alto el fuego, aunque insiste en que cualquier acuerdo debe incluir garantías de seguridad concretas. Entre sus demandas se encuentran la liberación de prisioneros de guerra, el retorno de niños deportados a Rusia y la regulación de los ataques con misiles y drones en el mar Negro y otras zonas estratégicas.
Las negociaciones también abordaron la explotación de los minerales estratégicos de Ucrania, un punto que ha sido clave en las discusiones entre Washington y Kiev. Estados Unidos busca acceso a las tierras raras ucranianas como parte de un acuerdo económico que beneficie a ambas partes. A pesar de la falta de consenso final en este tema, se espera que en futuras rondas de negociaciones se avance hacia un acuerdo concreto.
El factor Rusia y la incertidumbre del alto el fuego
Rusia, por su parte, ha mantenido una postura ambigua. Si bien el Kremlin ha manifestado estar abierto a discutir un acuerdo de paz, ha rechazado la posibilidad de un alto el fuego temporal sin garantías de seguridad a largo plazo. Moscú exige que Ucrania renuncie a su intento de adhesión a la OTAN y reconozca las regiones ocupadas como territorio ruso.
El ataque con drones ucranianos sobre Moscú y otras regiones rusas ha generado un fuerte rechazo por parte de las autoridades rusas. En la madrugada del martes, más de 300 drones fueron derribados en distintos puntos del país, causando al menos tres muertos y varias interrupciones en aeropuertos y otras infraestructuras clave. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que estos ataques podrían "socavar significativamente" cualquier avance hacia la paz.
Un frágil camino hacia la paz
Las negociaciones en Yeda representan un avance significativo en los esfuerzos por poner fin a la guerra en Ucrania, pero el panorama sigue siendo incierto. Mientras Estados Unidos y Ucrania buscan consolidar un cese de hostilidades, Rusia sigue sin dar una respuesta clara sobre su participación en el proceso de paz.
El éxito de las conversaciones dependerá de la capacidad de todas las partes para evitar una nueva escalada del conflicto. Con Trump apostando por la vía diplomática, Zelenski buscando garantías de seguridad y Putin exigiendo concesiones, el futuro del alto el fuego es aún incierto. Si los ataques continúan y la desconfianza persiste, la tregua podría desvanecerse antes de siquiera entrar en vigor.