12 de marzo de 2025 - 17:30 Por Uriel Salamon El baño de sangre en Siria no se detiene. La guerra civil iniciada en 2014 y que ya había ocasionado más de 500 mil muertos, tuvo un cambio de rumbo con el derrocamiento de la dictadura de El Asad, pero los antiguos victimarios ahora son las víctimas.
El cambio del poder en Siria
Las protestas en Siria comenzaron el 26 de enero de 2011 tras las protestas de la Primavera Árabe que exigían reformas políticas y el restablecimiento de los derechos civiles, así como el fin del estado de excepción vigente desde 1963. Como respuesta, Bashar El Assad condujo al país a una guerra civil que provocó por la respuesta bélica del ejercito sirio cerca de 500 mil muertes y millones de desplazados y exiliados. En noviembre de 2024, tuvo lugar una nueva ofensiva rebelde contra el gobierno sirio, que provocó una batalla en Alepo y avances en otras localidades sirias.Tras una rápida ofensiva en la que las fuerzas del HTS declararon victoria en la ciudad de Hama,112 los rebeldes sirios capturaron Homs en la noche del 7 de diciembre, anunciando su entrada en Damasco. Finalmente, las fuerzas rebeldes tomaron Damasco el 8 de diciembre y Bashar al-Ásad fue derrocado, al huir al exilio en Moscú y poner fin así a su gobierno. No obstante la guerra continuó.
Al caer El Asad, el poder fue asumido por Abu Mohammed al-Golani. Si bien su origen está vinculado a ISIS, en la construcción de su camino al poder, el líder jihadista se despojó de su atuendo de guerrillero islamista de línea dura y se puso trajes para las entrevistas de prensa, hablando de construir instituciones estatales y descentralizar el poder para reflejar la diversidad de Siria. Mientras se " atrincheró" en Idlib al Noroeste de Siria, pasó años maniobrando entre organizaciones extremistas mientras eliminaba a competidores y antiguos aliados. Intentó pulir la imagen de su “gobierno de salvación” de facto que dirigía Idlib, en el noroeste de Siria, para ganarse a los gobiernos internacionales y tranquilizar a las minorías religiosas y étnicas de Siria. No obstante esta promesa duró poco.
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A pesar de su imagen de líder moderado, hay sospechas sobre la responsabilidad en la masacre del presidente de Siria
Quienes son los Alawitas
El alauismo es un culto religioso nacido en la costa de Siria entre los siglos X y XI como una escisión del islam, especialmente de la línea chiita del mismo. Sus discípulos, los alauitas, creen en la divinidad de Alí, primo y yerno del profeta Mahoma y primer líder de los chiitas islámicos, que reservan el puesto de Imam únicamente a los descendientes de Mahoma y Fátima. Sin embargo, los alauitas se separaron de los chiitas a raíz de su interpretación de los pilares del Islam, piedra angular en las dinámicas más ortodoxas de la religión. El alauismo nace a partir de una mezcla de creencias de la época, con prácticas islámicas, otomanas y hasta cristianas. Los alauitas incluyen aspectos como la reencarnación y el culto a la naturaleza, rezan en privado, consideran el viaje a La Meca un símbolo, más que una obligación, cuestionan la obligatoriedad del uso del velo en las mujeres y celebran tradiciones como la Navidad, de origen cristiano. Dentro de Siria, los alauitas son una minoría religiosa, constituyendo entre el 10% y el 12% del total de una población en donde el islam sunita es la mayoría, con alrededor del 74% de los sirios identificados como creyentes de dicha rama. A pesar de ello, durante 50 años gobernaron el país, dado que a esa rama religiosa pertenecía la familia Al Asad.
La masacre de civiles
Según fuentes gubernamentales, el pasado jueves, día 6, grupos armados leales a Al Asad atacaron a patrullas de seguridad y puestos de control en el distrito de Yableh, en la provincia de Latakia.El gobierno justifica su violenta respuesta en contener a los resabios del antiguo régimen y pacificar al país, sin embargo, solo se ha convertido en una cacería y matanza indiscriminada. En solo tres días de combates, fuerzas de seguridad, ligadas al nuevo gobierno, han asesinado a más de 340 personas de la minoría musulmana alawita. Por supuesto que la cantidad podría ser mayor e incalculable. Cientos de personas han huido de sus hogares en las provincias costeras de Latakia y Tartus, consideradas bastiones del expresidente. Los residentes locales han descrito escenas de saqueos y asesinatos en masa, incluso de niños. En Hai Al Kusour, un barrio predominantemente alauita de la ciudad costera de Baniyas, los residentes describen calles llenas de cuerpos dispersos, amontonados y cubiertos de sangre. Hombres de diferentes edades fueron asesinados a tiros allí, según testigos. El Observatorio Sirio ha documentado el asesinato "a sangre fría" de 973 civiles, incluidos mujeres y niños. Además, han muerto al menos 125 miembros de las fuerzas de seguridad y 148 combatientes pro-Asad.
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