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La metamorfosis de Lula

Lula Da Silva: La reinvención política constante

De obrero a dirigente, de líder sindical a Presidente, de preso a alternativa política, el camino de Lula Da Silva, que busca ser otra vez Presidente de Brasil

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29 de julio de 2022 - 16:50 Por Uriel Salamon

Lula Da Silva llega con 76 años a la posibilidad histórica que no ha tenido ningún brasilero desde la fundación de la República Federativa de Brasil en 1889, ganar unas elecciones presidenciales por 3° vez. Esta oportunidad, si se da en estas elecciones lo que la mayoría de analistas creen, será diferente a sus otros dos mandatos, porque vendrá precedido de una condena judicial y un encarcelamiento de 580 días, proceso luego anulado por la Corte Suprema de Brasil. Sin embargo, está transformación de preso en candidato no parece extraño en la vida de Lula Da Silva, sino una metamorfosis más.

Nacido el pobrísimo nordeste brasilero, con apenas 7 años se instaló con su familia en el estado de Sao Paulo. Transitó una infancia de trabajo y sacrificios, a los 14 años debió abandonar sus estudios y emplearse en un fábrica de tornillos, comenzaba su primera metamorfosis, la de un joven carenciado y de deserción escolar al camino de un obrero calificado.

Para 1968 iniciaría otro camino que cambiaría el rumbo de su vida. Pese a estar alejado de las prácticas políticas, se inició en el sindicalismo debido a que en 1968 su hermano mayor, Frei Chico, apodado "José" y afiliado al ilegalizado Partido Comunista Brasileño, fue arrestado y torturado por los militares. A partir de entonces Lula Da Silva comenzó a participar de forma activa de la vida sindical, repartiendo boletines políticos producidos en la clandestinidad en donde criticaban al régimen militar, asistimos de esta forma a una segunda metamorfosis, de obrero a sindicalista. Pronto le llegaría en esta etapa el ascenso hacia el liderazgo que obtendría en 1975.

En ese año consiguió la secretaría general sindicato convirtiéndose así en el líder de aproximadamente 100 000 trabajadores y reelegido en las elecciones internas en 1978. Desde esa posición fue el gestor de las mayores huelgas que buscaban mermar el poder político de la dictadura militar y hacer valer los derechos de los trabajadores. La más extensa de ellas, duró unos 41 días y terminó con Lula Da Silva preso. Sin embargo, el camino hacia una nueva metamorfosis había comenzado, con la fundación del Partido de los Trabajadores, para pasar a ser de líder sindical a líder político.

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Lula de Silva: De niño a dirigente político

Lula de Silva: De niño a dirigente político

La conformación del PT lo transformó en un hombre de la política, de su mano, en las elecciones constituyentes del 15 de noviembre de 1986 el Partido de los Trabajadores fue el partido de izquierda que mayor número de votantes atrajo y con un 6,9 % de los votos obtuvo 16 diputados y fue parte del establecimiento de la constitución de Brasil de 1988 que reestableció básicamente la elección presidencial por medio del sufragio directo.

Su presencia como candidato en las elecciones presidenciales de 1989 generaron un cambio en la historia de Brasil, por primera vez se presentaba con chances de vencer un candidato que procedía del mundo sindical. Sin embargo, el embate del neoliberalismo de los 90´en América Latina y el temor de parte de la clase media y sobre todo del conglomerado industrial, muy poderoso en Brasil, le impidió a Lula Da Silva ser elegido y fue derrotado por Fernando Collor De Melo. La presidencia de Brasil le sería esquiva en dos elecciones más, en 1994 y en 1998 fue derrotado sucesivamente por Fernando Henrique Cardozo. El prestigio de su rival y la gestión realizada como ministro de economía de Itamar Franco(Quien culmino el mandato del destituido Collor de Melo) le impidió a Lula Da Silva ser Presidente, a pesar del crecimiento que mostraba su movimiento, consiguiendo varias gobernaciones estaduales importantes.

Para ser Presidente de Brasil, le era necesario una metamorfosis más, mostrarse como un líder de izquierda, fiel a sus convicciones pero con un discurso más modernizado que no espantara a las clases medias y buscara un acuerdo con un mercado que venía golpeado por la crisis económica post devaluación del Real de 1998. Finalmente, obtuvo su objetivo en las elecciones de 2002, derrotando en segunda vuelta a Jose Serra, candidato del ex presidente Cardozo. Al asumir el gobierno, no solo su discurso se había moderado, así lo demostró al nombrar presidente del Banco Central a Henrique Meirelles, un ortodoxo de la banca privada , sin embargo logró equilibrar posiciones al designar en Hacienda a Antonio Palocci, un antiguo militante troskista.

Con la premisa de lograr más igualdad social, Lula Da Silva lideró un programa de gobierno que permitió que Entre 2003 y 2010, los ingresos del 10 % de la población más pobre crecieron un 8 % anual: mucho más rápido que la economía y que los ingresos del 10 % de la población más rica (+1,5 %). Por otra parte al asumir Lula, Brasil tenía un PIB anual de 0,50 billones de dólares estadounidenses, que lo ubicaba en el lugar 13.º en la lista de países. En enero de 2011, cuando Lula Da Silva dejó la presidencia, Brasil tenía un PIB anual de 2,6 billones de dólares estadounidenses, que lo ubicaba en el lugar 6.º en la lista de países.

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Todos estos logros a nivel político y económico, lo posicionaron favorablemente para las elecciones de 2006 donde obtuvo un 48,61 % de los votos contra un 41,64 % del socialdemócrata Geraldo Alckmin, por lo que se debió realizar una segunda vuelta electoral. En ellas, triunfó con un amplio margen, obteniendo el 60,82 % de los votos populares, convirtiéndose en el presidente de Brasil hasta el año 2010, nuevamente, con el mayor número de votos de la historia democrática brasileña, siendo más de 58 000 000 de votos.

Designó para sucederlo en el cargo su Ministra de Minas y Energía Dilma Rouseff quien ganó las elecciones de 2010 y nuevamente en las elecciones de 2014. Cuando parecía entonces, que el futuro de Lula Da Silva pasaría a ser el de un líder político reconocido y referente de su partido, el escándalo del Lava Jato lo condujo a una nueva transformación, el de ex presidente a preso y condenado por supuestos delitos de corrupción. Todo esto también contribuyó con la destitución de Dilma Rouseff mediante juicio político y la posibilidad finalmente concretada en las elecciones de 2018 de la derrota del PT en segunda vuelta a manos de una figura entonces de poca exposición Jair Bolsonaro.

Para esas elecciones, Lula Da Silva sería nuevamente el candidato, sin embargo, el 7 de abril de 2018 , fue detenido por el pedido del Juez Moro acusado de corrupción por beneficiar a la constructora OAS (una de las 16 empresas que estafaron a Petrobras manipulando licitaciones), de la que supuestamente recibió un departamento de lujo de tres pisos en Guarujá a cambio de favorecerla en sus negocios con Petrobras. Fue trasladado desde San Pablo a Curitiba a donde debía cumplir una condena de 12 años de prisión. En este punto, por las derivaciones que dio la investigación llegamos a otra metamorfosis, de ex presidente preso por corrupción a preso político y finalmente exonerado y rehabilitado.

El 7 de noviembre de 2019, la Corte Suprema de Brasil decidió que el encarcelamiento de Lula da Silva condenado solamente en segunda instancia por el juez Sergio Moro había sido inconstitucional. La Corte dio la orden de liberar a Lula da Silva inmediatamente. El 18 de mayo de 2020, la Justicia brasileña declaró inocente a Lula da Silva en este caso, y fustigó el fallo condenatorio al afirmar que las denuncias del en ese momento fiscal Sergio Moro deberían haber presentado alguna prueba sólida que las avalara. Dentro del marco de las especulaciones políticas, Sergio Moro, había sido nombrado Ministro de Justicia por el nuevo gobierno.

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Convertido nuevamente en candidato presidencial, Lula Da Silva buscará vencer al actual presidente, Jair Bolsonaro, la sensación de " causa armada en la justicia" sobre Lula y la gestión complicada desde lo económico por parte del gobierno actual potencian la posibilidad de un nuevo triunfo del PT, por ahora los intentos del oficialismo de vincularlo con el discurso anacrónico de asustar con el comunismo como hemos destacado en nota en El Archivo, no parecen detener esta nueva metamorfosis, para Lula Da Silva, de ser nuevamente Presidente de Brasil.

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