7 de noviembre de 2023 - 08:09 Por Uriel Salamon El mundo sigue con atención la escalada del conflicto generada entre Israel y el grupo terrorista Hamas. La guerra desatada tras el cruento ataque terrorista contra la población civil del sur de Israel el último 7 de octubre, lleva mas de un mes y no parece cesar tras el objetivo declarado de Israel de desarmar la estructura política y militar de Hamas y recuperar a los más de 200 secuestrados que la organización terrorista mantiene cautivos.
En EL ARCHIVO nos hemos referido al tema desde el punto de vista la contundente respuesta por parte de Israel, resulta importante destacar que el estado judío no se ha embarcado en una guerra contra una organización terrorista sino también con una organización que gobierna de facto la Franja de Gaza desde 2006 y que ha sido denunciada en numerosas oportunidades por malversación de fondos, desde millones de dólares destinados a infraestructura civil que se utilizaron en construcción de bunkers y la compra de armamentos hasta el almacenamiento de mercadería que debería llegar a manos de la población civil que sufre las consecuencia de la guerra.
Hace dos años una investigación había detectado que varias donaciones que han sido malversadas fueron remitidas por gobiernos de Francia, Dinamarca e Italia. Se sospecha que los gobiernos europeos fueron engañados por los grupos palestinos al enviar durante 2020 y 2021 cerca de 200 millones de dólares sin fiscalizar correctamente las regulaciones anti-terroristas.
Las ONG que figuran en el expediente judicial son el grupo Al-Haqq, un sector militante favorable al boicot económico contra Israel; la organización Addameer, una entidad sin fines de lucro que brinda asesoramiento legal a los palestinos de Gaza detenidos por ataques terroristas en Israel; la organización para la Defensa de la Niñez Palestina, que dispone de una oficina en Ginebra, Suiza y es la que mas involucrada se encuentra y el Comité Unido de Mujeres Palestinas, que promueve desde Gaza y Cisjordania los derechos de la mujer islámica bajo la ocupación.
Todos estos grupos durante mucho tiempo han sido acusados por sospechas de ONGs de tener vínculos con el terrorismo, aunque el expediente de la investigación actual del gobierno israelí proporciona la prueba más completa y definitiva que se conozca hasta la fecha de que efectivamente, cada uno de ellos sirven como fachada para el lavado y la malversación de fondos de Hamas.
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El entramado financiero de Hamas
Por otra parte el importante presupuesto del que dispone Hamas se puede explicar a través de las millonarias donaciones de regímenes aliados como Irán y Catar. Hamás posee una cartera de inversiones en la región que supera los 500 millones de dólares. De hecho, estos investigadores del Capitolio llevan tiempo denunciando la lujosa vida en Catar de Ismail Haniya, actual líder de Hamás, que coordina la acción terrorista desde fuera de la Franja de Gaza Una cifra similar es la estimada dentro de Gaza. Si Hamás posee inversiones millonarias en los países aliados de la región, Matthew Levitt ha cifrado en más de 400 millones el presupuesto del grupo terrorista en la Franja de Gaza. Levitt, exfuncionario estadounidense especializado en antiterrorismo, estudia las cifras de Hamás desde el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo. En su testificación en el Capitolio, aseguró que la mayoría de los ingresos provienen de impuestos en Gaza, transferencias de Irán y Catar y donaciones de multimillonarios yihadistas.
Sin embargo, la corrupción de Hamas no se limita a fondos millonarios, un documento fotográfico de la guerra actual revela que también se quedan con ayuda alimenticia. En la misma, se puede observar a un terrorista de Hamas abatido en uno de los búnkers de la organización terrorista, rodeado de mercadería que había llegado a Gaza para palear la crisis humanitaria generada por la guerra. En este caso la corrupción también mata.