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SUSCRIBITEEl FBI y el Servicio Secreto de Estados Unidos trabajan intensamente para desentrañar las motivaciones detrás del atentado a Donald Trump.
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SUSCRIBITEEl pasado sábado 13 de julio, durante un mitin en Butler, Pennsylvania, el ex presidente y candidato a la presidencia Donald Trump fue atacado. El agresor, identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, abrió fuego desde el techo de una fábrica cercana, hiriendo a Trump en una oreja, matando a un espectador y dejando gravemente heridos a otros dos. Crooks fue abatido en el acto por agentes del Servicio Secreto.
Dos días después del intento de magnicidio, las autoridades han centrado sus esfuerzos en entender las motivaciones detrás del ataque y determinar si Crooks actuó solo. El FBI, en coordinación con agencias locales y estatales, ha llevado a cabo una serie de investigaciones clave, entre ellas registrar la casa de Crooks en Bethel Park, Pennsylvania, y su vehículo en el lugar del tiroteo. En ambos sitios, se encontraron dispositivos explosivos que fueron desactivados y están siendo evaluados en un laboratorio en Quantico, Virginia.
Los grupos investigadores creen que el fusil semiautomático utilizado en el ataque fue adquirido legalmente por el padre de Crooks. Las autoridades están investigando si el arma fue tomada sin permiso o entregada con consentimiento. Los investigadores intentan determinar si recibió algún tipo de entrenamiento específico para el ataque.
Crooks, registrado como votante republicano, hizo una donación de $15 a un comité de acción política progresista en enero de 2021. Hasta ahora, no se ha encontrado evidencia de inclinaciones políticas extremistas ni comentarios amenazantes en sus redes sociales. Los investigadores han entrevistado a familiares y amigos, y han examinado su historial en redes sociales sin hallar indicios claros que expliquen sus acciones.
La investigación enfrenta varios desafíos significativos. No se ha identificado un móvil claro. La hipótesis principal del FBI es que Crooks actuó como un "lobo solitario", pero la ausencia de evidencia concreta sobre sus motivaciones continúa siendo un obstáculo por lo que el FBI sigue explorando la posibilidad de co-conspiradores. Esto incluye analizar sus contactos y actividades previas al ataque. La capacidad de Crooks para eludir las medidas de seguridad y posicionarse en un lugar estratégico plantea serias preguntas sobre la efectividad del Servicio Secreto y la coordinación con las fuerzas de seguridad locales.
Este aspecto está siendo revisado a fondo, con especial atención en los procedimientos de seguridad para eventos futuros, como la Convención Nacional Republicana que se lleva a cabo por estos días. Kimberly Cheatle, la directora del Servicio Secreto, juega un papel crucial en la investigación y en la revisión de los procedimientos de seguridad. Cheatle ha expresado su confianza en los planes de seguridad revisados y ha subrayado el compromiso de su agencia en participar plenamente en la revisión independiente.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ordenado una investigación independiente para revisar todos los aspectos del ataque y ha instado a la ciudadanía a no apresurarse a sacar conclusiones. En una declaración desde la Casa Blanca, Biden enfatizó la necesidad de una investigación exhaustiva y rápida, y destacó la importancia de la unidad nacional ante actos de violencia. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ha reiterado que una línea de visión clara hacia un expresidente no debería ser posible y ha asegurado que se implementarán recomendaciones para mejorar la seguridad.
La investigación del atentado contra Donald Trump sigue en curso, con el FBI liderando los esfuerzos para desentrañar las motivaciones y posibles conexiones del atacante. Mientras tanto, las autoridades trabajan para reforzar las medidas de seguridad y garantizar la protección de figuras públicas en eventos futuros. La comunidad sigue a la espera de respuestas claras y contundentes sobre este intento de magnicidio.