20 de julio de 2023 - 11:22 Por Sarai Avila En la reciente cumbre de la OTAN, “Vilna 2023”, algunos de los temas que los líderes internacionales abordaron fueron la relación comercial y la ciberseguridad, que relaciona a los países europeos con el Gigante Asiático. Europa está en alerta sobre loa creciente influencia de Xi Jinping.
Una semana más tarde, el 13 de julio, la Comisión de Inteligencia publicó un informe denominado “China”, donde propone que los diferentes gobiernos británicos permitieron que “penetrar con éxito en todos los sectores de la economía británica”. El documento acusa a China de “espionaje y amenaza” para el Reino Unido y propone que “China se ha aprovechado de las políticas llevadas a cabo por gobiernos británicos sucesivos que buscaban potenciar los lazos económicos entre ambos países para avanzar en sus objetivos”. Pekín ha logrado adquirir datos y derechos de propiedad intelectual, tomando ventaja “en términos de influencia política como de ventaja económica”, lo que convierte la inteligencia china en un "desafío" para los servicios secretos nacionales”.
El Comité ha acusado a Sunak de no utilizar los recursos necesarios y no actuar rápidamente para contrarrestar la amenaza, y evitar así que China continúe invadiendo la economía y otras áreas del gobierno británico. El informe describe que el objetivo del país asiático busca convertirse en una superpotencia tecnológica y económica, de la que dependen otros países, lo que representa el mayor riesgo para el Reino Unido”.
En respuesta a las acusaciones, el Primer Ministro declaró que “el Gobierno ha emprendido ya medidas que van en la línea de muchas de las recomendaciones de la comisión” y manifestó que ya había tomado medidas para reducir la dependencia de Gran Bretaña de China, aunque quería mantener relaciones "abiertas" y "constructivas" con el país.
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Reino Unido y Alemania. Sunak y Scholz, dos de los líderes de Europa
Por su parte, el 14 de julio Alemania anunció que “intentará reducir la dependencia económica” que posee con respecto a China, mediante un documento denominado “Estrategia sobre China". La declaración tiene como punto de partida la justificación de que “China ha cambiado. Como consecuencia de ello y de las decisiones políticas chinas, tenemos que cambiar nuestro enfoque hacia China”, declaró el Canciller alemán Olaf Scholz.
Las medidas que el gobierno chino toma en torno al orden internacional, los derechos civiles y políticos, la invasión ruso-ucraniana, han llevado a Alemania a emitir la estrategia, aunque el objetivo "no es desvincularse, pero queremos reducir las dependencias críticas en el futuro", declaró Scholz. En búsqueda de ese objetivo, el gobierno solicitó a las empresas que dependen de China que asuman “los mismos riesgos financieros en el futuro”, garantizando el respeto a los derechos humanos.
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Como respuesta, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, declaró durante una conferencia de prensa que la "reducción de riesgos" que Alemania propuso no es más que que “un pretexto para intensificar la competencia y politizar la cooperación normal”, lo que creará “riesgos artificiales” y será contraproducente.
La desconfianza de los líderes internacionales aumentó en el último tiempo, poniendo en juego las relaciones comerciales y diplomáticas con el país asiático.