8 de agosto de 2023 - 12:07 Por Sarai Avila En los últimos 15 días, China y el gobierno de Xi Jinping se has visto afectados por cambios en los principales puestos gubernamentales. En primer lugar, la desaparición y destitución de Qin Gang, el ministro de Exteriores nombrado a finales de diciembre y visto por última vez el 25 de junio. Frente a esta situación, el gobierno de China no ha realizado ninguna declaración y ha nombrado como sustituto a Wang Yi, que ocupó el cargo durante la década anterior.
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Qin Gang, el ministro de Exteriores de China que fue destituido.
El segundo cambio que el gobierno chino llevó a cabo fue el reemplazo de dos líderes de la fuerzas de élite que supervisan los misiles convencionales y nucleares del Ejército Popular de Liberación. El Presidente Xi designó a Wang Houbin, ex comandante adjunto de la marina, y Xu Xisheng, ex comisario político del Comando de Teatro Sur de la Fuerza Aérea. Fueron designados como comandante de Rocket Force y comisario político de la fuerza respectivamente pese ser ajenos a las filas de la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación. Wang y Xu reemplazan a sus predecesores Li Yu Hao y Xu Zhongbo, quienes fueron tenidos con la finalidad de realizar una investigación anticorrupción, aunque se sigue cuestionando el paradero de los funcionarios.
Desde 2012 Xi Jinping ha buscado consolidar un régimen que exige lealtad absoluta al Partido Comunista y a su liderazgo, por lo que lleva adelante una campaña en contra de la corrupción, poniendo foco en la consolidación de las Fuerzas Armadas. Las sustituciones realizadas en las últimas semanas se realizan bajo las últimas declaraciones del Presidente “centrarse en resolver los problemas que persisten y en reforzar el liderazgo absoluto del Partido sobre los militares”.
Al reemplazar a dos figuras de Rocket Force por militares de otra rama queda en evidencia el deseo de Xi de articular el accionar de las Fuerzas Armadas e incrementar el papel de Rocket Force, que es la La Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación (PLARF), antes conocida como la Segunda Fuerza de Artillería. Tiene como finalidad mantener la soberanía y la seguridad nacional de China, controlar, organizar, dotar de personal, entrenar y equipar las fuerzas estratégicas terrestres de misiles nucleares y convencionales de la República Popular China. La PLARF actúa en consonancia con la visión y los objetivos del Partido Comunista.
Frente a este escenario, se incrementan las dudas sobre el funcionamiento de la rama que supervisa el poderoso arsenal de misiles balísticos y nucleares de la nación, ya que la “purga” realizada por el Presidente busca eliminar a quienes no concuerden con los lineamientos del Partido.
En el régimen chino es usual la desaparición de empresarios y otras figuras para ser sometidos a investigaciones sobre su accionar público o su vida privada. Muchas veces desaparecen de la escena pública misteriosamente y, en algunos casos, no vuelven. Desde organizaciones de la sociedad civil confirman que esta práctica, habitual del Partido Comunista Chino, viola los derechos humanos y afecta seriamente las inversiones en el país. «Muchos empresarios nacionales y extranjeros han perdido la confianza en ese país y han desviado el dinero destinado a China a otros destinos», afirmó el analista Teng Biao.