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Más de 25 millones de habitantes recluidos

Covid en China: el gobierno, preso de sus restricciones

Xi Jinping y su gobierno encaran los meses venideros con la necesidad de controlar la pandemia de cara a su próxima reelección al frente de China

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6 de junio de 2022 - 11:39 Por Damian Szvalb

Fábricas cerradas, autopistas vacías y personas confinadas en sus casas. Frente a un nuevo brote de casos de COVID-19 - el peor desde sus inicios dos años atrás - el gobierno chino dispuso una estricta política de aislamiento a nivel nacional. Con Shanghai como epicentro, una megalópolis que alberga a 25 millones de habitantes, se estima que 45 ciudades a lo largo y ancho del país se encuentran atravesando cuarentenas totales o parciales, lo que representa un cuarto de la población china e impacta sobre el 40% de la economía doméstica.

Como consecuencia, en el mes de abril las exportaciones e importaciones del gigante asiático se vieron afectadas, socavando el caudal de producción chino. Las exportaciones de la segunda economía más grande del planeta se desaceleraron un 3.9% respecto del crecimiento del 14.7% registrado en marzo. Este representa el ritmo más bajo de exportaciones desde junio de 2020.

Además del impacto de las restricciones enmarcadas en lo que Pekín definió como una política de “Covid cero”, la demanda externa de productos chinos también se ve afectada por la inflación global generada a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania. Las caídas más importantes se registraron en las ventas a Estados Unidos y la Unión Europea, donde el aumento generalizado de precios ya se hace sentir en los ingresos de la población. Cabe esperar que las exportaciones del gigante asiático continúen a la baja en los próximos meses producto de estas disrupciones en las cadenas de suministros asiáticas. Este contexto supone un desafío importante para el gobierno chino, que se ha propuesto mantener un crecimiento económico del 5.5%.

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El gobierno de Xi Jinping ante el desafío de controlar la pandemia sin dañar mas la economía.

El gobierno de Xi Jinping ante el desafío de controlar la pandemia sin dañar mas la economía.

Efectos puertas adentro

La política de cero Covid implementada por el Gobierno de Xi Jinping afectó principalmente a Shanghai, el puerto más grande del mundo. Las medidas aplicadas derivaron en el cierre de fábricas y demoras en la operación del puerto. Las redes de transporte y logística también sufrieron disrupciones, con restricciones que afectaron la entrega de mercancías alrededor del país y a los puertos que conectan a China con las principales rutas comerciales.

El confinamiento en otros lugares, como el hub industrial de Shenzhen o Jilin, el punto neurálgico de la producción de granos del país, también contribuyó al malestar económico. Desde marzo, China se enfrenta al mayor brote de coronavirus desde que este se registró por primera vez en Wuhan, hace dos años. Según los informes, distintas áreas de China están siendo evacuadas para la desinfección de distritos enteros. Ello, sumado a las transferencias masivas a centros de cuarentena están alterando la cotidianeidad. Aquellos habitantes que se han visto obligados a aislarse en sus casas se enfrentan a serias dificultades para conseguir alimentos y otros artículos esenciales ya que los servicios de entrega puerta a puerta están sobrepasados.

Con el objetivo de contrarrestar el impacto de las restricciones sobre la economía local, el gobierno chino planea introducir medidas para reactivar la economía. Se eliminarán restricciones irracionales, permitiendo a las empresas reanudar el trabajo y la producción a partir de junio. Además, se reducirán impuestos para la compra de autos, se acelerará el proceso de emisión de bonos del gobierno así como el proceso de aprobación de proyectos de construcción.

Efectos puertas afuera

Como resultado de las restricciones, las cadenas de suministro -ya muy golpeadas por la pandemia- sufrieron un nuevo revés. Esto provocó un enorme retraso en las importaciones de materias primas y componentes así como en las exportaciones de productos desde China hacia el resto del mundo.

Los bloqueos continuos, que están paralizando las fábricas de China, con efectos perjudiciales en cascada en todas las cadenas de suministro globales, harán que los socios comerciales busquen en otra parte. Según una encuesta reciente de la Cámara de Comercio local de EE. UU., más de la mitad de las empresas estadounidenses en China retrasaron o redujeron sus inversiones en el país debido a las medidas de confinamiento. Así, uno de los puntos clave a analizar es el grado de adaptabilidad de la demanda de exportaciones. Si esta es significativa, los pedidos de productos chinos podrían relocalizarse a India o Vietnam.

¿Qué se puede esperar para el resto de 2022?

No está cuándo China levantará su política de cero Covid, incluso si esta va en detrimento de la economía del país. Cualquier cambio, a los ojos del gobierno, pondría en peligro su credibilidad y estabilidad, que son sumamente importantes para el país. A su vez, esta política es especialmente sensible para Xi Jinping. En noviembre tendrá lugar el vigésimo Congreso del Partido Comunista de China, donde está previsto que el mandatario asuma un tercer mandato presidencial de cinco años logrando romper con la tradición de que los líderes solo sirven durante dos. La posibilidad de que los casos de Covid-19 se disparen mientras Xi busca asegurarse este hito no será tolerada por la dirigencia política del país asiático.

Paralelamente, a comienzos de mayo de 2022 el comité permanente del Polítburo del Partido aseguró que la política de Covid cero está determinada por la naturaleza y propósito del partido. De este modo, la estrategia quedó vinculada de forma expresa con la legitimidad del partido. Por todo lo anterior, es posible afirmar que si la política se relaja, ello sucederá después del Congreso Nacional a celebrarse en noviembre.

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