8 de febrero de 2024 - 16:44 Por Sarai Avila La crisis de los agricultores en Francia, que comenzó hace dos semanas, ha repercutido en los últimos días en los principales países de la Unión Europea: Italia, España, Alemania, Polonia y Bélgica. Los motivos principales de las manifestaciones han sido el aumento de los costos, las políticas ambientalistas de la Unión Europea, la caída de los ingresos, la competencia extranjera y las importaciones de alimentos baratos.
El impacto ha provocado que las condiciones para que se ejecute el acuerdo entre la UE y el Mercosur no se den. El vocero de la Comisión Europea, Eric Mamer, declaró que "en la actualidad, el análisis de la Comisión es que no se dan las condiciones para concluir las negociaciones con el Mercosur" y añadió que “la Unión Europea continúa persiguiendo su objetivo de alcanzar un acuerdo que respete los objetivos de la UE en términos de sostenibilidad y que respete nuestras sensibilidades, particularmente en el ámbito agrícola".
Por su parte, Emmanuel Macron advirtió a la Comisión Europea que es “imposible concluir las negociaciones de un acuerdo comercial con el Mercosur” y confirmó que se discute sobre el asunto con la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los líderes gubernamentales.
Durante el mes de diciembre, se realizó una cumbre del Mercosur en Río de Janeiro. Uno de los objetivos principales que persiguió el encuentro fue la firma del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. Sin embargo, el acuerdo no se oficializó por tres obstáculos: las prácticas ambientalistas que el expresidente Jair Bolsonaro llevó a cabo durante su mandato, la posición que tomó Argentina respecto al acuerdo y la oposición de Macron al pacto porque considera injusto pedir a los agricultores e industrias de su país que hagan esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, mientras se eliminan aranceles para importar productos que no aplican las mismas reglas.
El gobierno francés insiste a la Comisión Europea en poner fin a las negociaciones porque el acuerdo no contempla la no integración de los acuerdos de París sobre el cambio climático, la ausencia de condiciones para evitar la deforestación y el hecho de que no hay garantías de reciprocidad en términos de reglas sanitarias y medioambientales para los productos agrícolas importados en la UE desde Mercosur.