11 de diciembre de 2023 - 11:18 Por Sarai Avila El 6 y 7 de diciembre se realizó una nueva cumbre del Mercosur en Río de Janeiro. La misma perseguía tres principales objetivos: que Brasil ceda a Paraguay la presidencia semestral del bloque, la adhesión de Bolivia como miembro pleno del Mercosur y la firma del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea.
El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un proceso de integración regional compuesto por Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Bolivia Los objetivos principales son la libre circulares de bienes y servicios, la eliminación de derechos aduaneros y restricciones no arancelarias al movimiento de mercancías, el establecimiento de un arancel externo común y de una política comercial común, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes, y generar un espacio común en donde haya oportunidades comerciales de inversión e integración competitiva de las economías nacionales. Está considerado como el cuarto bloque económico del mundo y la quinta economía mundial.
En junio de 2019, en la cumbre del G20 de Osaka, la Unión Europea y el Mercosur sentaron las bases de un acuerdo de libre comercio que tiene como objetivo eliminar aranceles y propone un “pacto verde” que implica restricciones a la comercialización de ciertos bienes según su impacto ambiental. Las primeras negociaciones del acuerdo se dieron en 1999, cuando los Jefes de Estado de la Unión Europea y del Mercosur se reunieron en Brasil ese mismo año. Para América Latina el pacto significa aliarse con un socio que constituye el 20% de la economía mundial y un tercio de las importaciones globales, lo que incrementará la inversión extranjera directa. El Acuerdo permitirá que las empresas del Mercosur reduzcan los costos de los insumos importados, aumentando su productividad y competitividad.
Sin embargo, el acuerdo aun no se ha oficializado. Tres son los obstáculos que impiden que esto suceda. El primero tiene que ver con las prácticas ambientalistas que el expresidente Jair Bolsonaro llevó a cabo durante su mandato: hubo un aumento significativo de la deforestación en la Amazonia. Ante este escenario, los líderes europeos anexaron al borrador del tratado una cláusula con nuevas exigencias en esa área ambiental que implican sanciones para los países que no alcanzaran los objetivos climáticos estipulados en el Acuerdo de París de 2015.
En segundo lugar, Emmanuel Macron se opone al acuerdo porque considera injusto pedir a los agricultores e industrias de su país que hagan esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, mientras se eliminan aranceles para importar productos que no aplican las mismas reglas. El presidente francés dijo que el acuerdo está “mal remendado, desmantela arandelas y no considera la biodiversidad y el clima”. Horas antes de realizarse la cumbre declaró: “Estoy en contra del acuerdo Mercosur-UE, porque creo que es completamente contradictorio con lo que Lula está haciendo en Brasil y lo que estamos haciendo nosotros, porque es un acuerdo que se negoció hace 20 años, y que intentamos remendar, pero está mal hecho”. El presidente brasilero declaró que “si no hay acuerdo, paciencia, no fue por falta de voluntad”, y prometió “deforestación cero para 2030”.
El tercer obstáculo es la posición que tomó Argentina. El hasta el sábado canciller Santiago Cafiero calificó al acuerdo como “muy malo" porque perjudica a la industria nacional y limita las exportaciones "del sector agropecuario". Declaró que Argentina siempre quiso un acuerdo con la Unión Europea, pero un acuerdo en el que se beneficien todos. "Las negociaciones con la Unión Europea están siempre abiertas, pero la Argentina no va a firmar un acuerdo que incremente las asimetrías con Europa, que aumente las diferencias que existen entre estos dos bloques porque además nosotros debemos cuidar la industria nacional y al campo”, dijo Cafiero.
El saliente Jefe de Estado, Alberto Fernández, dijo que “Argentina no está lista para firmar porque ninguno de los reclamos que hizo el país fue atendido”. Argentina pidió que la Unión Europea otorgue financiamiento a pequeñas y medianas empresas para la transición y solicitó agregar un capítulo especial para el desarrollo de la electromovilidad. Además, reclamó que los certificados de cumplimiento de normas verdes los puedan otorgar universidades locales. A tres días de la asunción de un nuevo presidente, Alberto Fenrnádez manifestó que no firmó el tratado porque "encontró resistencia dentro de Europa", y llamó a debatir primero "determinadas condiciones que permitan sostener y hacer crecer nuestras industrias". "Quiero discutir algo que les sirva a los argentinos, es un acuerdo entre dos regiones, hay intereses que tener en cuenta", subrayó.
Diana Mondino, la canciller de nuevo gobierno, había solicitado al presidente saliente que firmara el acuerdo con la Unión Europea y aseguró que “el mundo no se acaba el 7 de diciembre. Si no se llega a un acuerdo para entonces, seguiremos negociando. Y con suerte, algún día, de alguna manera, se logrará". El domingo 3 de diciembre afirmó que Milei respalda el acuerdo, pese a que el presidente electo proclamó “disolver el Mercosur” porque es una unión aduanera defectuosa que perjudica a los argentinos de bien”.
La economista reafirmó que Argentina no entrará a los BRICS, y que no “ve ventajas” en el caso de hacerlo. Los BRICS representan 40% de la población mundial, el 24% del PBI global, el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios. Los cinco países integrantes del bloque son el destino del 30% de las exportaciones argentinas.
En 2024 las negociaciones sobre el acuerdo tendrán nuevos protagonistas que cambiarán el tablero del juego: Javier Milei sucederá a Alberto Fernández, Emmanuel Macron reemplazará a Pedro Sánchez en la Presidencia Pro Tempore de la UE y Santiago Peña reemplazará a Luiz Inacio Lula Da Silva en la presidencia Pro Tempore del Mercosur.