SUSCRIBITE por $49
domingo 9 de marzo de 2025

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Archivo. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
1000 dias de guerra

Ucrania, Rusia y una escalada militar sin precedentes

El reciente uso de armamento avanzado por parte de Ucrania, suministrado por Occidente, y la respuesta de Rusia, marcan un nuevo punto álgido en la guerra.

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Archivo. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
22 de noviembre de 2024 - 16:31 Por Sarai Avila

El pasado martes 19 de noviembre, Ucrania utilizó por primera vez misiles ATACMS (Sistema de Misiles Tácticos del Ejército), suministrados por Estados Unidos, para atacar objetivos estratégicos en la región rusa de Kursk. Fabricados por Lockheed Martin, estos misiles tienen un alcance de hasta 300 kilómetros y son reconocidos por su capacidad de penetrar defensas aéreas debido a su alta velocidad y trayectoria impredecible.

El ataque, que incluyó el objetivo de depósitos de municiones y puestos de mando rusos, marca un hito en la guerra. Es la primera vez que Washington autoriza el uso de estas armas en territorio ruso, lo que representa un cambio significativo en la estrategia occidental hacia el conflicto. Esta medida no solo tiene implicancias militares, sino también políticas, ya que rompe un tabú sostenido desde el inicio de la invasión.

image.png

La respuesta de Rusia: Escalada de fuerza y tecnología

En represalia, Rusia lanzó el jueves un misil balístico intercontinental RS-26 Rubezh contra la ciudad de Dnipro, en el este de Ucrania. Este misil, desarrollado en 2012, tiene un alcance de 5,800 kilómetros y puede transportar ojivas nucleares, aunque en este caso no llevaba una carga nuclear.

image.png

Los ICBM (misiles balísticos intercontinentales) son considerados armas de disuasión por excelencia, capaces de alcanzar objetivos estratégicos a velocidades de hasta 24,500 kilómetros por hora. Este despliegue representa un aumento significativo de la agresividad rusa, que busca consolidar su dominio en las regiones ocupadas y responder a las recientes derrotas tácticas.

El apoyo de Occidente

La participación de Estados Unidos ha sido clave en esta escalada. Además de los misiles ATACMS, la administración Biden ha aprobado un paquete de ayuda militar que incluye minas antipersonales “no persistentes”, diseñadas para desactivarse automáticamente tras un período de tiempo, junto con sistemas HIMARS, misiles Javelin y artillería de largo alcance.

image.png

Gran Bretaña y Francia han sido igualmente determinantes al suministrar misiles Storm Shadow, conocidos por su precisión quirúrgica y capacidad de penetrar búnkeres. Este misil, de 1,300 kilogramos, ha sido utilizado por Ucrania en ataques estratégicos contra instalaciones rusas en Kursk. Su tecnología de “dispara y olvida” y su alcance de hasta 500 kilómetros lo convierten en un arma ideal para misiones de alto valor.

No obstante, no todos los países europeos comparten esta postura. Alemania, por ejemplo, ha rechazado suministrar su misil Taurus, alegando que podría provocar una escalada incontrolable. Hungría también se ha desmarcado, argumentando que los ataques en territorio ruso ponen en riesgo la estabilidad del continente.

Impacto humanitario y energético

El conflicto sigue dejando una estela devastadora en Ucrania. Más del 65 % de su infraestructura energética ha sido destruida, afectando a millones de personas que se enfrentan a un invierno sin calefacción ni electricidad. La ONU ha advertido sobre posibles desplazamientos masivos si los ataques a infraestructuras críticas continúan. La central nuclear de Zaporizhzhia, bajo control ruso, sigue siendo un punto crítico. Ucrania ha denunciado que las condiciones en la planta incrementan el riesgo de una catástrofe nuclear. Mientras tanto, las autoridades locales trabajan para restablecer líneas de transmisión y evitar un apagón total.

Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar