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SUSCRIBITEEl reciente ataque de Ucrania en la región de Kursk, en Rusia, ha marcado un punto de inflexión significativo en el conflicto en curso entre ambas naciones.
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SUSCRIBITELos últimos días se registró una sorpresiva avanzada de Ucrania sobre territorio de Rusia. Uno de los episodios más notables de esta incursión ha sido la destrucción de varios puentes en la región de Kursk. Estos puentes, ubicados sobre el río Seym, eran cruciales para las operaciones logísticas del ejército ruso.
Según reportes, su destrucción ha dejado aisladas algunas áreas del distrito de Glushkov, complicando severamente el movimiento y el abastecimiento de las tropas rusas en la región.
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, justificó estas acciones señalando que “cada metro de territorio que recuperamos es un paso hacia la libertad de nuestra nación”. En sus declaraciones, Zelenski también subrayó que estas ofensivas no solo tienen un valor militar, sino también político, ya que fortalecen la posición de Ucrania en cualquier futura negociación con Rusia. “Nuestro objetivo no es ocupar territorio ruso, sino utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para liberar nuestras tierras y asegurar la paz”, afirmó.
Al abordar la ofensiva en Kursk, Zelenski ha reiterado que Ucrania no tiene intenciones expansionistas en territorio ruso. En un discurso televisado, el Jefe de Estado dijo: “no buscamos la guerra, buscamos la paz y la seguridad de nuestro pueblo. Cada acción que tomamos, cada operación que lanzamos, es en defensa de nuestra soberanía”. Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional para que acelere el envío de ayuda militar. “Necesitamos más apoyo. No podemos permitirnos una pausa. Esta guerra no espera”, declaro dirigiéndose principalmente a Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Mientras tanto, Rusia continuó su ofensiva en el este de Ucrania. El ejército ruso informó la captura de Serhiivka, una localidad estratégica en la región de Donetsk, cercana al centro logístico de Pokrovsk, que es vital para el suministro de las fuerzas ucranianas. Este avance subraya la determinación de Moscú de mantener y expandir su control en las áreas ocupadas de Ucrania, a pesar de las pérdidas en otros frentes.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aunque no se ha pronunciado extensamente sobre los eventos en Kursk, ha dejado clara su postura en cuanto a las operaciones militares en general. En una reciente reunión con altos mandos militares, Putin señaló que "Rusia no permitirá que se quiebre su integridad territorial", insinuando que las acciones de Ucrania no quedarán sin respuesta. Por su parte, Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, acusó a la OTAN de estar directamente involucrada en la planificación de la incursión ucraniana en Kursk. “Esta operación fue claramente coordinada con la inteligencia occidental. No podemos ignorar la participación de la OTAN en este acto de agresión”, declaró Pátrushev, subrayando la percepción rusa de una confrontación cada vez más directa con Occidente.
Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia y aliado cercano de Putin, también se refirió al conflicto. Lukashenko, en una de sus alocuciones recientes, manifestó que "la situación en nuestras fronteras es compleja, pero bajo control". En particular, mencionó un incidente reciente en el que un dron ucraniano ingresó en el espacio aéreo bielorruso, lo que llevó a un aumento de las tensiones. Sin embargo, Lukashenko aseguró que "gracias a la diplomacia, hemos evitado una escalada", atribuyendo la resolución del incidente a un "malentendido" más que a una acción hostil intencionada.
La invasión de Kursk también ha provocado reacciones dentro de la oposición política rusa, la cual ha criticado abiertamente la política de Putin hacia Ucrania. La oposición, especialmente aquella en el exilio, ha mostrado su apoyo a Ucrania y ha condenado la guerra iniciada por el Kremlin. Mijaíl Jodorkovski, un prominente opositor, declaró que “esta guerra no solo es ilegal, sino también inmoral. Ahora el conflicto ha llegado al corazón de Rusia, y es Putin quien debe rendir cuentas por las consecuencias”. El Consejo del Foro Rusia Libre, compuesto por varias figuras de la oposición, también expresó su apoyo a la resistencia ucraniana, afirmando que “cada victoria de Ucrania es un paso hacia la libertad de Rusia”.
Sin embargo, dentro de Rusia, algunos sectores más conservadores y nacionalistas han instado a Putin a intensificar la respuesta militar. Estos grupos han sugerido incluso el uso de armas nucleares tácticas como medida de disuasión. “Rusia debe mostrar que no tolerará incursiones en su territorio. Necesitamos una respuesta firme y decisiva”, dijo un analista cercano a estos círculos.