31 de enero de 2025 - 13:17 Un informe de la empresa de inteligencia Graphika reveló, a principios de este año, una operación de influencia china sin precedentes en España. La campaña, conocida como Spamouflage, intentó desestabilizar al gobierno español después de las mortales inundaciones de Valencia,que causaron la muerte de al menos 225 personas el pasado octubre, haciéndose pasar por una ONG de derechos humanos para generar descontento social y pedir el derrocamiento del gobierno de Pedro Sánchez.
Qué pasó en España
La operación se desarrolló principalmente en redes sociales como Facebook, TikTok y X, donde cuentas falsas suplantaron a Safeguard Defenders, una organización de derechos humanos. Un video con una persona usando máscara de Guy Fawkes, el hombre que se convirtió en ícono antisistema, llamaba abiertamente a derrocar al gobierno, utilizando errores de traducción que revelaban su origen chino, como escribir el nombre "Carlos Mazón", el líder regional valenciano, como "Carlos Ma Song".
La complejidad de estas operaciones se evidencia en su capacidad para operar en múltiples idiomas y plataformas. Jack Stubbs, jefe de Inteligencia de Graphika, declaró que estas operaciones son "cada vez más agresivas en sus intentos de manipular las conversaciones políticas internas en los países occidentales".
Según Graphika, Spamouflage opera mediante una compleja red de cuentas automatizadas y semi-automatizadas distribuidas en múltiples plataformas digitales. Su metodología incluye la creación de cuentas multilingües que simulan identidades locales, la generación de contenido utilizando inteligencia artificial para simular activismo social y el uso de técnicas de amplificación para hacer virales narrativas específicas.
Qué es Spamouflage
Según un informe de Meta de agosto de 2023, Spamouflage constituye "la mayor operación encubierta de influencia entre plataformas conocida en el mundo", con vínculos directos a las fuerzas de seguridad chinas. La operación involucra aproximadamente 300,000 cuentas automatizadas y semi-automatizadas diseñadas para simular identidades locales, generar contenido mediante inteligencia artificial y suplantar organizaciones de derechos humanos.
Utiliza como técnicas de manipulación lasuplantación de organizaciones de derechos humanos, la generación de contenido en idiomas múltiples, el uso de traducción automática con errores deliberados para simular "autenticidad" y tiene comoobjetivo figuras políticas específicas.
El Atlantic Council documentó más de 300 operaciones de desinformación entre 2020 y 2024 en países como Estados Unidos, Canadá, España, Australia y varios estados europeos. El objetivo principal, según el Oxford Internet Institute, no es simplemente difundir propaganda, sino crear narrativas que generen desconfianza en las instituciones democráticas.
En Canadá, las operaciones chinas alcanzaron niveles de sofisticación alarmantes. En octubre de 2023, el gobierno canadiense reveló que 'Spamouflage' había dejado miles de comentarios en perfiles de legisladores, incluyendo del primer ministro Justin Trudeau, con el propósito deliberado de desacreditar figuras políticas y sembrar dudas sobre procesos democráticos.
El Institute for the Study of Diplomacy de Georgetown University señala que estas operaciones representan una evolución de la guerra de información tradicional. A diferencia de métodos convencionales, las campañas digitales chinas buscan específicamente fragmentar consensos sociales, aprovechando polarizaciones preexistentes en sociedades occidentales.
Cómo responder estas amenazas
Un informe del Center for Strategic and International Studies (2024) sugiere que un eventual gobierno de Trump implementaría tres estrategias contra 'Spamouflage'. Implementaría restricciones legales a plataformas tecnológicas extranjeras, aplicaría sanciones directas a empresas tecnológicas chinas y fortalecería la legislación sobre interferencia electoral extranjera.
Las operaciones de influencia china tienen costos significativamente menores comparadas con métodos tradicionales de confrontación geopolítica. Un análisis del RAND Corporation estima que una campaña digital de desinformación puede costar menos del 0.1% de una operación militar convencional, convirtiéndolas en herramientas extremadamente costo-efectivas para proyectar poder blando.
Finalmente, los expertos coinciden en que combatir estas operaciones requiere una respuesta multilateral coordinada. Entre otras medidas recomiendan invertir en alfabetización mediática, desarrollar tecnologías de verificación de contenidos y generar marcos legales internacionales que penalicen las operaciones sistemáticas de desinformación transfronteriza.
La operación 'Spamouflage' demuestra la sofisticación creciente de las estrategias de influencia digital china, poniendo de manifiesto la necesidad de desarrollar nuevas herramientas de defensa democrática en la era de la información global.
