22 de marzo de 2023 - 09:34 Por Sarai Avila El domingo 19 de marzo la ONG Solidaire, liderada por Enrique Piñeyro, llevó adelante por segunda vez un vuelo de investigación (el primero fue en 2021). A bordo de la aeronave, especialistas, investigadores, periodistas, embajadores, activistas y otros profesionales, sobrevolaron la milla 200 realizando un avistaje preocupante sobre la pesca ilegal: cientos de barcos de diferentes nacionalidades pescan a diario en aguas argentinas.
La milla 200 es la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA). Es la distancia desde el continente hasta el límite con las aguas internacionales y es donde aplican los derechos de soberanía argentina sobre los recursos marítimos, ya sean vivos o no. En este área se encuentra el Agujero Azul: una región de gran biodiversidad que es fuente de alimentación de diversas especies. Es una zona de alta productividad ya que permite la alimentación de muchas especies, entre ellas las que son utilizadas para la comercialización. Si bien se encuentra a unas se encuentra a unas 200 millas de la costa, fuera de la zona económica exclusiva argentina, es decir en aguas internacionales, pertenece a la jurisdicción argentina sobre el fondo marino, gracias a la extensión de la plataforma continental concedida por la Organización de Naciones Unidas en 2016.
Debido a la abundancia de recursos, es un sector que registra una vehemente actividad pesquera extranjera. Aquí, múltiples buques extranjeros extraen del océano diferentes tipos de animales de consumo, como peces, langostinos o calamares, que luego venderán a altos costos en los países de donde provienen: China, Taiwán, España, Japón, Corea son poseedores de los principales buques, aunque no son los únicos.
Lo que caracteriza la situación es que los buques pesqueros no se quedan en la milla 200, sino que constantemente cruzan de las aguas argentinas a las aguas internacionales, y viceversa. Los buques llevan adelante actividades ilegales y desreguladas, violando las leyes nacionales e internacionales. Evitan los controles y así las multas y penalidades que estos pueden causarles. La pesca y extracción de recursos en ZEE de otros países está prohibida desde 1982 por las Naciones Unidas , puesto que no puede ser regulada y viola las normas establecidas en el tratado internacional Leyes del Mar (UNCLOS).
Naciones Unidas ha establecido un día oficial anual para visibilizar la pesca ilegal: el 5 de junio. Múltiples ONG y organizaciones han realizado estudios y denuncias públicas hace más de 15 años. La principal acusación es que en el mar transcurren situaciones que nadie controla, lo que genera un incremento de la ilegalidad, ya que no son actividades reguladas. El gobierno argentino, ante las frecuentes demandas, ha tomado la iniciativa de sancionar la ley de Régimen Federal de Pesca (Ley 24.922) y de describir en sus medios oficiales cuál es la situación. Pero la realidad que muestra el video de Solidaire, realizado por investigadores, es otra. Una zona de control nulo o escaso, en donde cientos de luces brillan y encandilan con la finalidad de atraer a la fauna local, es lo que reflejan las imágenes.
https://graph.facebook.com/v8.0/instagram_oembed?url=https%3A%2F%2Fwww.instagram.com%2Freel%2FCqBAKrBjket%2F%3Futm_source%3Dig_web_copy_link&access_token=EAAGZAH4sEtVABAAXgMW4Fdoe3UfZAxrfWjLxZADqAIAvX95IRQpJbdn9cJZAmVdjmsZB7h6YEmf5hgn6GlTFXlSBUDyNs6dBZC7KMya8POAFVd1WgaVE0NUS3LUQEuklbsCZCZC1AGzEf113ZAj6QuUOeZCfddMcmtaKNTRyYaoxvXB6aZAZCLmuE9BFnKYpZCZBK5V9MZD
Se ha demostrado que los barcos apagan sus satélites, los AIS (Automatic Identification System), una vez que entran a la zona argentina: quien desee saber la ubicación de un buque no podrá hacerlo. De esta manera es imposible que las tareas de control y patrullaje que lleva adelante la Prefectura Naval Argentina junto con la tecnología de control “Sistema Guardacosta”, alcancen.
Si bien las causas de preocupaciones son muchas, dos son las principales. La primera es el agotamiento de recursos, ya que la extracción constante no le permite a la fauna recuperarse y restablecerse. Esto está íntimamente relacionado con los efectos en la economía, la segunda causa. En 2022, la Financial Transparency Coalition (FTC) realizó un estudio que muestra como Argentina sufre pérdidas de entre USD 1.000 millones y USD 2.600 millones cada año.
La plataforma marítima de Argentina está compuesta por una gran diversidad animal, lo que se traduce en millones de dólares. Como consecuencia, países de todo el mundo explotan estos recursos de manera ilegal, sin cumplir las leyes y quebrantando el ecosistema. Esta actividad aumenta todo los años, afectando un ecosistema que no logra recuperarse y la economía de un país que no consigue ejercer su soberanía a lo largo de toda su extensión, que no se limita al territorio.