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Seguridad en El Salvador

Nayib Bukele: ¿camino al fracaso?

El Salvador, con Nayib Bukele a la cabeza, se posicionó como el país más seguro de América latina. ¿Cuáles son los pilares de su modelo?

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18 de abril de 2024 - 12:30

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, sigue adelante con su estrategia contra la inseguridad generada por las pandillas. Es incuestionable que en El Salvador bajó el índice de homicidios. De esta manera, 2023 fue el año más seguro de la historia reciente de El Salvador.

Siempre según datos oficiales, esta cifra ubica al país como el segundo país más seguro de América, solo superado por Canadá con una tasa de 2.25 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Pero muchos cuestionan los métodos utilizados para lograrlo. Y otros, hasta se animan a afirmar que su modelo fracasará. A continuación analizamos los dos elementos salientes del Método Bukele: el estado de excepción y la megacárcel.

El estado de excepción de Nayib Bukele

Bukele implementó el estado de excepción el 27 de marzo de 2022, tras una jornada en la que se llegaron a superar los 60 homicidios. Fue el último atisbo de rebelión de las pandillas. La Asamblea Legislativa, bajo dominio oficialista desde 2021, prorrogó esta condición todos los meses. Por este motivo, los especialistas afirman que El Salvador vive bajo un estado que de excepción tiene poco.

Bajo este régimen, el estado tiene un mayor despliegue policial y militar en las zonas más conflictivas del país y la detención de toda aquella persona sospechosa de pertenecer a las pandillas maras. Además, suspende la libertad de asociación y reunión, el derecho a defensa de los detenidos, la privacidad en las comunicaciones, el derecho de una persona a ser debidamente informada sobre su detención. También permite a la policía detener a cualquier persona sin una orden de captura y mantenerla en detención por al menos 15 días antes de ser presentada ante un tribunal. Esto último ha dado lugar a muchas detenciones injustificadas. Además, incluye la suspensión del derecho a pedir un abogado y la falta de ser informado de sus derechos al ser detenido, así como el motivo de su detención. Asimismo, amplía el período de detención preventiva de 72 horas a 15 días, dando a las autoridades el permiso de intervenir celulares de los detenidos en busca de pruebas durante ese lapso de tiempo.

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Jordana Timerman describe la situación. “El modelo es, superficialmente, simple: capturas masivas de personas supuestamente afiliadas con pandillas, o acusadas de asociación con ellas. En la práctica las causales reales son amplísimas y pueden incluir: tener tatuajes, ser delatados por llamadas anónimas, tener desacuerdos con fuerzas de seguridad, o simplemente estar en el lugar equivocado cuando buscan cumplir cuotas de detención. En ciertas zonas –a veces en pueblos enteros– las fuerzas de seguridad arman un cordón perimetral alrededor del territorio y allanan casas una por una. Bajo el estado de excepción, los detenidos no tienen derecho a representación legal y se extienden los tiempos de los procesos penales. Se les proporciona solo comida mínima de subsistencia, para todo lo demás –calorías adicionales, ropa, elementos de higiene– dependen de sus familias, muchos de los cuales se encuentran en aprietos económicos gracias a la situación. Una nueva ley promulgada en julio permitiría juicios colectivos de hasta 900 personas, complicando aún más la pantomima de debido proceso” .

El Centro de Confinamiento del Terrorismo

  • El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) es, probablemente, el emblema del Método Bukele. Se trata de una megaprisión inaugurada por el presidente Nayib Bukele el 31 de enero de 2023, que se ha convertido en un símbolo de su “guerra contra las pandillas” y de la política de seguridad que le ha dado una popularidad sin precedentes a nivel nacional e internacional. Repasemos sus características principales :
  • Tiene capacidad para albergar a 40.000 presidiarios.
  • Está destinada con exclusividad a criminales de alto rango de la Mara Salvatrucha (o MS-13) y las dos facciones del Barrio 18.
  • Construida en menos de un año sobre 166 hectáreas en las cercanías de Tecoluca, un municipio del departamento central de San Vicente, a unos 74 kilómetros al sureste de la capital, San Salvador.
  • 23 hectáreas edificadas.
  • Dos cercos perimetrales de seguridad con malla ciclón, totalmente electrificados, y dos muros de concreto armado rodean las instalaciones.
  • Hay 19 torres de vigilancia.
  • Dispone de 256 celdas, en cada una de las cuales entran 156 presos.
  • Cuenta con 8 pabellones o módulos de 5.446 metros cuadrados con 32 celdas cada uno.
  • Cada celda está formada por tres paredes de cemento y barrotes.
  • Miden, según datos no oficiales, 7,4 por 12,30 metros, es decir 91,02 metros cuadrados.
  • Esto marca que cada persona dispone de 0,58 metros cuadrados, cuando el mínimo establecido a nivel latinoamericano es 2,5 metros cuadrados por persona y el Comité Internacional de la Cruz Roja recomienda 3,4.
  • Las camas son una placa metálica y carecen de colchón.
  • El techo de la celda es una malla en rombos con filo para evitar que los presos se puedan colgar y sirve de plataforma desde la cual los custodios los vigilan.
  • Para asearse o lavar la ropa los internos usan el agua de dos pilas cuyo suministro se controla desde el exterior. Hay dos retretes sin ninguna privacidad.
  • Los calabozos de castigo tienen solo una plancha de cemento que hace de cama, una pila de agua, y un retrete.
  • En las celdas comunes, la luz natural proviene de los tragaluces, las celosías y los techos curvos de los pabellones. Carecen de ventanas, ventiladores y extractores.
  • Las celdas están concebidas para que los presos pasen ahí el mayor tiempo posible, y solo salgan para ir a la sala de audiencias por videoconferencia o a aislamiento.
  • Carecen de patios o áreas de recreación para los presos, lo que contraviene lo dictado por las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (ONU, 2005).
  • No se permiten las visitas conyugales ni las familiares.
  • No se conocen detalles sobre las rutinas de alimentación; cuándo, dónde y qué comen los internos. Ni si en las instalaciones hay cocina, comedor, enfermería o tienda.
  • La controlan 1.000 custodios y 250 efectivos de la Policía Nacional Civil (PNC). 600 miembros de las Fuerzas Armadas se encargarán de cuidar el anillo exterior.
  • Cuenta con tecnología punta para detectar cualquier objeto ilegal que traten de introducir los detenidos.
  • También cuenta con una sala de armas con numeroso arsenal.
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Analistas vaticinan un fracaso

Muchos especialistas no ven una diferencia sustancial con medidas tomadas antes en el Salvador para combatir el mismo mal, a excepción de la crueldad del Método Bukele. Por ende, no confían que sea una solución de largo plazo. Noah Bullock, director de la ONG Cristosal, dijo que “lo que estamos tratando aquí no es el modelo de Bukele, sino un modelo clásico y bien conocido de represión estatal, donde se suplanta la violencia criminal por la violencia estatal. La historia marca que cuando la violencia estatal se convierte en política oficial, nunca produce una paz duradera”.

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Los analistas coinciden en que esta estrategia puede fracasar en el mediano y largo plazo. “La mano dura, por sus características, no tiene efectos a largo plazo. En un contexto electoral tiene un componente simbólico que se persigue para dar la sensación de tomar acciones contundentes”, explicó Sonja Wolf, investigadora y autora de “Mano Dura: la política del control de las bandas en El Salvador”.

“Vemos en esta administración un mayor énfasis en la publicidad del gobierno para hacer creer que los operativos son efectivos. Pero para resolver la problemática de las pandillas cualquier sociedad debería llevar adelante una política integral: siempre está el punto de la mano dura como política represiva, pero tiene que estar la reintegración social. La violencia de las pandillas solo se controla enfocándose en el cuadro social y el trasfondo de estos grupos”, añadió .

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