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Guerra en Medio Oriente

Israel no le da respiro a Hezbola: ataques devastadores

Hezbolá bajo ataque: sufrió explosiones en dispositivos de comunicación e Israel está destruyendo todo su arsenal. Se teme una escalada en la región. Ya hay mas de 500 muertos.

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24 de septiembre de 2024 - 10:10 Por Sarai Avila

En un incidente que ha sacudido al Líbano y ha reavivado tensiones en el Medio Oriente, la semana pasada ocurrieron explosiones simultáneas de dispositivos de comunicación utilizados por el grupo militante Hezbola, entre ellos beepers y walkie-talkies. Las explosiones, que dejaron al menos 26 muertos y más de 3,000 heridos, han sido atribuidas a Israel, aunque este último no ha emitido declaraciones oficiales sobre su participación. Estas detonaciones han generado una fuerte respuesta tanto a nivel regional como internacional, con temores de una escalada en el conflicto entre Hezbolá e Israel, y posibles repercusiones en la estabilidad de la región.

Funcionamiento de los aparatos

Los dispositivos involucrados en las explosiones son tecnologías que se han mantenido en uso por Hezbolá debido a sus ventajas operativas en comparación con los teléfonos celulares. Los beepers, también conocidos como buscapersonas, son pequeños dispositivos inalámbricos diseñados para recibir mensajes a través de frecuencias de radio. Son herramientas populares en entornos donde el acceso a las redes celulares puede ser limitado o vigilado, lo que los hace atractivos para organizaciones que buscan evitar la geolocalización y el monitoreo electrónico.

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Estos dispositivos, aunque obsoletos para la mayoría de la población global, son valiosos para Hezbolá, que ha dejado de utilizar teléfonos celulares por considerarlos vulnerables a la interceptación por parte de los servicios de inteligencia israelíes. Como explicó el líder del grupo, Hassan Nasrallah, en un discurso de febrero, "los teléfonos móviles son más peligrosos que los espías", sugiriendo a sus seguidores que dejen de usarlos para evitar la localización por parte de Israel. Los beepers, a diferencia de los teléfonos, no emiten señales que puedan ser rastreadas, lo que les permite operar de manera más segura.

En cuanto a los walkie-talkies, son dispositivos de comunicación que funcionan mediante ondas de radio y permiten la transmisión de mensajes en tiempo real. Estos dispositivos también son preferidos por Hezbolá debido a su capacidad para funcionar sin depender de redes celulares, haciéndolos más seguros ante posibles ciberataques o intervenciones electrónicas. No obstante, la reciente manipulación de estos aparatos demuestra que, aunque estos métodos son más seguros, no están exentos de riesgos.

¿Por qué no Se utilizan celulares?

El uso de beepers y walkie-talkies en lugar de teléfonos celulares tiene una razón clara: evitar la vigilancia. Israel ha demostrado en el pasado su capacidad para interceptar comunicaciones móviles, y Hezbolá ha adoptado una política estricta de evitar el uso de estos dispositivos entre sus miembros. Los teléfonos celulares, incluso cuando están apagados, pueden emitir señales que permiten su rastreo mediante triangulación de torres de telecomunicaciones. Además, los teléfonos móviles modernos son vulnerables a ataques de software que pueden convertirlos en herramientas de espionaje sin que el usuario lo sepa. Por el contrario, los beepers y walkie-talkies no dependen de la infraestructura de redes móviles y no emiten señales de ubicación, lo que los hace ideales para operaciones clandestinas. Sin embargo, el sabotaje de estos dispositivos demuestra que incluso las tecnologías más simples pueden ser comprometidas.

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¿Cómo ocurrieron las explosiones?

Según fuentes de seguridad libanesas y reportes internacionales, los beepers y walkie-talkies utilizados por Hezbolá fueron saboteados en su cadena de suministro. Estos dispositivos, que fueron adquiridos por el grupo militante a principios de año, contenían pequeñas cantidades de explosivos ocultos junto a la batería. Al parecer, estos explosivos fueron activados de manera remota mediante un código específico que desencadenó una serie de detonaciones casi simultáneas en distintas ubicaciones del Líbano y Siria.

Las investigaciones iniciales sugieren que la operación fue extremadamente sofisticada. Los beepers y walkie-talkies fueron manipulados antes de llegar a Hezbolá, lo que hace pensar en un ataque planeado con antelación por los servicios de inteligencia israelíes, específicamente el Mossad. Estas explosiones ocurrieron en lugares concurridos, como funerales y zonas residenciales, lo que exacerbó el número de víctimas. La magnitud del ataque, que logró detonar miles de dispositivos al mismo tiempo, lo convierte en uno de los ataques más devastadores contra Hezbollah en los últimos años.

Declaraciones y reacciones Internacionales

El gobierno israelí ha mantenido silencio sobre su participación en el ataque, pero la operación encaja con los recientes movimientos de Israel en su guerra contra Hezbolá y Hamás. Según fuentes estadounidenses, el Mossad habría sido el responsable de insertar los explosivos en los dispositivos durante su proceso de fabricación, lo que demuestra un alto nivel de infiltración en las redes de suministro de Hezbolá.

Por su parte, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, no tardó en acusar a Israel de haber lanzado una "declaración de guerra" y prometió vengarse de lo que describió como una "masacre". Nasrallah también mencionó que el ataque había buscado asesinar a miles de personas, pero que varios dispositivos no habían explotado porque estaban apagados o fuera de servicio.

Estados Unidos, en voz de su secretario de Estado, Antony Blinken, expresó su preocupación por una posible escalada del conflicto y reiteró su llamado a ambas partes para que muestren "voluntad política" y eviten una conflagración regional. Blinken también aclaró que Estados Unidos no estaba involucrado en el ataque, y que su prioridad es estabilizar la región, con un enfoque en el conflicto entre Israel y Hamás.

La ONU también intervino en el tema, con el secretario general Antonio Guterres calificando las explosiones como una violación grave del derecho internacional y expresando su preocupación por el potencial de una escalada mayor en la región. "Este evento confirma que existe un grave riesgo de una escalada dramática en el Líbano", señaló Guterres, instando a todas las partes a evitar más violencia.

El impacto de las explosiones en el Líbano ha sido devastador, no solo en términos de víctimas, sino también en la percepción de seguridad en el país. Hezbolá, que había confiado en estos sistemas de comunicación para mantener la seguridad de sus operaciones, ha sufrido un golpe severo. Las explosiones no solo interrumpieron su red de comunicaciones, sino que también generaron un impacto psicológico considerable en sus miembros, que ahora deben enfrentar la incertidumbre sobre la seguridad de sus propios dispositivos. El conflicto latente entre Hezbollah e Israel ha aumentado las tensiones en la región, y hay temores de que estos eventos puedan llevar a una guerra abierta entre ambos bandos. Israel, por su parte, ha movilizado tropas adicionales a su frontera con el Líbano en previsión de posibles represalias por parte de Hezbolá.

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