El mes de marzo encuentra a Haití en el apogeo de la crisis que ha estado desarrollándose durante años. El punto de partida de esta crisis fue el asalto al palacio presidencial y el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021
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SUSCRIBITEHaití busca una salida a la peor crisis que ha enfrentado en años, con una ONU y una comunidad internacional que, al momento, se mostraron incapaces de ayudar.
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Días antes había nombrado como nuevo primer ministro a Ariel Henry. Otras causas de la crisis han sido los terremotos de 2010 y 2021, además de la corrupción política.
El 11 de septiembre del mismo año, Henry firmó un acuerdo con los principales partidos de la oposición para la formación de un gobierno de unidad y una asamblea que redactara una Constitución. Sin embargo, el 7 de febrero del corriente año, expiró el mandato de Henry, quien prometió celebrar elecciones en el año 2025. Haití es un país que no tiene parlamento, y no celebra elecciones desde 2016, por lo que la legitimidad y el nivel de gobernabilidad son bajos.
Tras conocer la intención del presidente, el 28 de febrero se dio un incremento en la violencia: las bandas criminales y pandillas exigían la dimisión de Henry y como forma de manifestación han atacado empresas, intentado tomar el Palacio Nacional e incendiado el Ministerio del Interior, liberaron a más de 3500 presos de cárceles, decenas de personas han muerto y más de 15000 ciudadanas y ciudadanos han huido de sus barrios y ciudades. Los hospitales, escuelas y aeropuertos están tomados y cerrados, hay escasez de alimentos y la situación humanitaria es cada vez más precaria. Las pandillas controlan grandes áreas de la capital, Puerto Príncipe. El responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU en Haití, Jean-Martin Bauer, ha afirmado que Haití "vive una de las crisis alimentarias más graves del mundo" y que “1.4 millones de haitianos están al borde de la inanición".
El 8 de marzo, el gobierno decretó el Estado de Emergencia y un toque de queda nocturno, prohibiendo las protestas. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) califica a Puerto Príncipe de "ciudad sitiada": aproximadamente 362,000 personas están actualmente desplazadas en Haití. La oleada de disturbios ha provocado un aumento de las necesidades humanitarias. Según la ONU, casi 1100 personas han sido asesinadas este 2023, y ha habido un incremento de la violencia sexual.
El apoyo y la legitimidad de Henry se lo daba la comunidad internacional. Es por ello que luego de haberse reunido con los líderes de la Comunidad del Caribe (CARICOM) en Jamaica, la madrugada del lunes 12 de marzo, el primer ministro declaró que dejará el Gobierno en cuanto haya un “consejo presidencial de transición porque ningún sacrificio es demasiado grande para nuestro país” ya que “Haití necesita paz, estabilidad, un desarrollo duradero”.
Los líderes de la CARICOM emitieron un comunicado en el que detallaron que el consejo de transición estará compuesto por siete miembros, seis de ellos representando a varias coaliciones políticas haitianas y el séptimo un representante del sector privado, además de dos miembros sin derecho a voto de la sociedad civil. El consejo de transición elegirá al nuevo primer ministro e iniciará el proceso para convocar elecciones presidenciales próximamente, con el apoyo de Estados Unidos, Francia y la ONU. Los líderes caribeños dijeron el lunes por la noche que “reconocen la renuncia del primer ministro haitiano Ariel Henry”.
Las declaraciones del primer ministro han provocado respuestas de diferentes sectores. Jimmy Chérizier, apodado "Barbecue", el líder principal de Viv Ansanm, declaró que no tenía intención de respetar a un gobierno decidido fuera del país ya que "Haití no pertenece a la CARICOM. Haití pertenece a los haitianos. No vamos a reconocer a un gobierno formado por la CARICOM u otras organizaciones. Nadie nos va a dar lecciones".
Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, escribió respecto a la crisis en Twitter: "Podemos arreglarlo. Pero necesitaremos una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y cubrir todos los gastos de la misión".
Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, anunció que Washington contribuiría con 100 millones de dólares adicionales para apoyar a la fuerza de seguridad respaldada por la ONU en Haití, junto con otros 33 millones de dólares en ayuda humanitaria. El presidente de Kenia subrayó su compromiso inquebrantable con el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad destinada a "crear las condiciones de seguridad necesarias para la celebración de elecciones libres y justas". Por su parte, Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de la ONU, declaró que mantendrá su personal en Haití y llamó a la comunidad internacional a "redoblar sus esfuerzos".