16 de agosto de 2024 - 12:05 Por Sarai Avila Desde el domingo 11 de agosto de 2024, Grecia ha sido escenario de una de las peores series de incendios forestales que el país ha visto en los últimos años. Este fenómeno, alimentado por temperaturas extremas y vientos intensos, ha dejado una estela de destrucción que abarca miles de hectáreas, forzando evacuaciones masivas y llevando a las autoridades a declarar el estado de emergencia en varias regiones.
Los primeros focos de incendio en la región ocurrieron en Ática, cerca de la capital, Atenas. Las temperaturas alcanzaban los 42 grados Celsius, y los vientos secos, que soplaban a más de 70 km/h, propiciaron la rápida expansión de las llamas. La combinación de estos factores, exacerbados por el cambio climático, creó el caldo de cultivo perfecto para la propagación de incendios que rápidamente se extendieron a otras regiones del país.
Las llamas se desplazaron con rapidez hacia áreas residenciales, lo que llevó a la evacuación inmediata de decenas de miles de personas en las regiones afectadas. Habitantes, junto con turistas, se vieron obligados a abandonar sus hogares y alojamientos, muchos de ellos perdiendo todo en cuestión de horas.
Cronología de incendios en Grecia
Este no es un evento aislado en Grecia. La nación ha sido históricamente vulnerable a incendios forestales, especialmente durante los veranos, cuando las olas de calor son más frecuentes e intensas. Algunos de los incendios más devastadores en la historia reciente del país fueron en :
- 2007: Grecia sufrió una de las temporadas de incendios más mortíferas de su historia, con más de 80 personas fallecidas y más de 2,700 kilómetros cuadrados de tierra quemada. Los incendios afectaron gravemente la región del Peloponeso y la isla de Eubea.
- 2009: este año, los incendios arrasaron más de 200 casas y obligaron a la evacuación de miles de personas en la región de Ática. Los fuertes vientos y las altas temperaturas facilitaron la propagación rápida de las llamas.
- 2012: incendios forestales en la isla de Quíos quemaron más de 10,000 hectáreas de tierras agrícolas y bosques. La pérdida de mastiche, una resina valiosa producida en la isla, tuvo un gran impacto económico.
- 2018: en la región de Mati, cerca de Atenas, un incendio forestal resultó en 102 muertes, convirtiéndose en una de las tragedias más grandes en la historia reciente de Grecia. El fuego destruyó cientos de hogares y dejó un impacto duradero en las comunidades afectadas.
- 2021: Grecia enfrentó otra serie de incendios devastadores, con más de 125,000 hectáreas quemadas en todo el país. Las islas de Eubea y Rodas fueron particularmente afectadas, con miles de personas obligadas a evacuar.
Respuesta y ayuda internacional
En respuesta a la magnitud de la tragedia, Grecia ha recibido un considerable apoyo internacional. Equipos de bomberos de países vecinos, como Italia, Francia y España, fueron desplegados para ayudar a combatir las llamas, sumándose a los esfuerzos de los bomberos griegos, que han trabajado sin descanso para contener los incendios. Además, la Unión Europea activó el Mecanismo de Protección Civil, facilitando la coordinación de la ayuda entre los países miembros.
"Estos incendios no solo están destruyendo hogares y vidas, sino que también están devastando nuestros ecosistemas. Es imperativo que actuemos con urgencia y determinación", declaró un representante de la ONU en Grecia, subrayando la gravedad de la situación.
Impacto ambiental
Los incendios no solo representan una amenaza inmediata para las vidas humanas y la infraestructura, sino que también tienen un impacto devastador en el medioambiente. Miles de hectáreas de bosques, que actuaban como sumideros de carbono y hábitats para la vida silvestre, han sido destruidas, contribuyendo aún más al cambio climático. La pérdida de biodiversidad es incalculable, y la recuperación de estos ecosistemas llevará décadas, si no más.
Es crucial que estos eventos sirvan como una llamada de atención sobre la relación entre nuestras actividades y el medio ambiente: los incendios forestales en Grecia son un claro reflejo de los efectos del cambio climático. La frecuencia y la intensidad de estos incendios aumentan cada año, impulsadas por el calentamiento global, y ponen en evidencia la necesidad urgente de adoptar políticas más fuertes para la protección del medio ambiente.