3 de febrero de 2024 - 16:08 Estados Unidos confirmó el envío de un portaaviones a nuestro país. Se trata del USS George Washington, un buque de propulsión nuclear, exponente del poderío de la potencia del norte. La visita de un barco de guerra de esta trascendencia no es nueva en Argentina, pero sí es cierto que no sucede desde hace más de una década. En 2010 estuvieron en nuestras costas el USS Ronald Reagan y el último fue el USS Carl Vinson.
Si bien es cierto que el portaaviones visitará Argentina en el marco de un viaje que incluirá a otros países de la región, la decisión de Estados Unidos de hacer una parada en nuestro país despierta conclusiones y consecuencias a nivel local, pero también en clave geopolítica, habida cuenta de la competencia entre Estados Unidos y China por ganar protagonismo en la región.
El USS George Washington es el buque con el que Estados Unidos patrulla el Pacífico, por lo cual es una pieza clave en el engranaje de Estados Unidos para abordar la tensa situación en la región dominada por su rival, China. Tiene una eslora de 333 metros, 78 de manga y mide 74 metros de alto en su superestructura, y cuenta con la capacidad de llevar el avión no tripulado Boeing Mq-25A Stingray, que reabastece en vuelo aviones de combate embarcados hasta 800 kilómetros de distancia del portaaviones.
Según define la propia Marina estadounidense (US Navy), se trata de los buques de guerra más grandes del mundo, que apoyan y operan aviones que participan en ataques contra objetivos en el aire, a flote y en tierra que amenazan el libre uso del mar, y participan en operaciones sostenidas de proyección de poder en apoyo de las fuerzas del país norteamericano y de la coalición.
La lectura local
La decisión de Estados Unidos es un gesto más de los que venimos destacando en ElArchivo en el acercamiento entre dicho país y Argentina, a partir de la llegada de Javier Milei al poder. Hace algunos días destacábamos dos. En primer lugar, la renuncia de Argentina a ingresar al bloque de los BRICS, dominado por Brasil, Rusia y, sobre todo, China. La segunda, la reciente confirmación de la compra de aviones caza F-16 de tecnología estadounidense para reequipar a la Fuerza Aérea local. Como si fuera poco, la Administración Biden fue determinante para que el Fondo Monetario Internacional aprobara el envío de 4.700 millones de dólares a nuestro país.
La parada del portaaviones en nuestro país es el tercer gesto fuerte de afinidad en poco menos de dos meses de gobierno de Milei. Si bien es cierto que, de acuerdo a la legislación vigente, el buque no puede amarrar en un puerto argentino, se prevé que el presidente lo visite y encabece una ceremonia arriba del propio buque.
La cuestión china
En un mundo que cada vez muestra más el debate geopolítico entre las dos grandes potencias, China y Estados Unidos, todo gesto complaciente con uno de ellos es una afrenta al otro. Es muy probable que China, que tenía una relación especial con el gobierno de Alberto Fernandez, así lea cada uno de los gestos explícitos que Milei y la Administración Biden dieron en las últimas semanas.
Esto es un problema de difícil solución para el gobierno argentino. La dependencia de nuestra economía de China es mayúscula. Si solo consideramos las exportaciones de commodities de nuestro país, el rol de China es vital para el ingreso de dólares. Pero también lo es a nivel financiero, por el swap de yuanes del que aún dispone la máxima entidad bancaria nacional. Y también si analizamos las distintas obras de infraestructura que China, de manera directa o bien a través de empresas, busca desarrollar o ya está desarrollando en nuestro país.
La alianza de Milei con Estados Unidos también se revela en cómo las fuerzas armadas de nuestro país comienzan a disponer de tecnología estadounidense y a vincularse en el ámbito militar con ese país.Argentina muestra un notable cambio de rumbo en su posicionamiento internacional. Para consolidar esta nueva etapa, el gobierno argentino deberá definir también cómo encarará su relación con China, sobre todo qué hará con las inversiones en nuestro territorio, algunas sospechadas de funcionar como eventuales bases militares.
Es decir, en Argentina coexisten instrumentos y herramientas que ambas potencias podrían utilizar en clave geopolítica. Sin embargo, es clara la orientación del gobierno hacia uno de esos polos. Con Milei, Estados Unidos logra volver a hacer pie la zona más austral del mundo. Y es una buena noticia para Argentina.