La condena de Marine Le Pen por malversación de fondos europeos y su inhabilitación para ejercer cargos públicos por cinco años sacudió el panorama político francés.
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SUSCRIBITELa decisión de la Justicia de inhabilitar a Marine Le Pen para ejercer cargos públicos por cinco años generó una encendida polémica en Francia.
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SUSCRIBITELa condena de Marine Le Pen por malversación de fondos europeos y su inhabilitación para ejercer cargos públicos por cinco años sacudió el panorama político francés.
Su caída no solo reconfigura el equilibrio de fuerzas en la extrema derecha, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de su partido, el Reagrupamiento Nacional (RN), y sobre la estabilidad del sistema político francés en un momento de creciente polarización.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con otros líderes políticos enjuiciados, Le Pen aún tiene una posibilidad de revertir su inhabilitación. Sus abogados han presentado un recurso de apelación, con la esperanza de que el fallo sea revisado antes de las elecciones presidenciales de 2027.
A pesar de esto, la Ley Sapin II, aprobada en 2016 bajo el gobierno de François Hollande, establece que cualquier condenado por malversación de fondos públicos queda automáticamente inelegible, sin necesidad de una decisión adicional del juez. Esta disposición legal hace que, aunque su sentencia esté en revisión, la inhabilitación siga en vigor hasta que una instancia superior la anule.
Le Pen calificó la decisión judicial como una "maniobra política" y acusó a la justicia de estar al servicio de sus adversarios. La estrategia que adoptará en los próximos meses determinará su futuro político y el de su partido: aceptar la sentencia y preparar su sucesión o seguir un camino de confrontación con las instituciones, como lo han hecho otros líderes en situaciones similares.
Desde que asumió el liderazgo del RN en 2011, Marine Le Pen trabajó para distanciarse de la imagen radical de su padre, Jean-Marie Le Pen, y ampliar la base de votantes del partido. Su estrategia dio frutos: en 2017, obtuvo el 33,90% en la segunda vuelta contra Emmanuel Macron, y en 2022, alcanzó el 41,46%, quedando más cerca que nunca de la presidencia.
En las elecciones legislativas de 2022, el RN consiguió 89 escaños, consolidándose como la tercera fuerza política en la Asamblea Nacional. Este ascenso se dió en un contexto de crisis de los partidos tradicionales: Los Republicanos quedaron reducidos a 62 diputados, y el Partido Socialista, a sólo 31 escaños.
Sin embargo, el escándalo de malversación de fondos públicos, con un desvío de 474.000 euros del Parlamento Europeo a través de empleos ficticios, golpea directamente la imagen de Le Pen. Durante años, el RN denunció la corrupción de la élite política francesa, y ahora su propia líder enfrenta una condena por un delito similar.
La inhabilitación de Le Pen abre un vacío de liderazgo en el RN. Jordan Bardella, de 29 años, es su delfín y sucesor natural, pero su falta de experiencia genera dudas sobre su capacidad para mantener unido al partido. A diferencia de Le Pen, Bardella no cuenta con una trayectoria política consolidada y podría enfrentar dificultades para diferenciarse de otros líderes de la derecha, como Bruno Retailleau y Éric Ciotti, que buscan capitalizar la crisis del RN.
El oficialismo, aunque debilitado por el desgaste de Emmanuel Macron, también podría beneficiarse de la fragmentación de la derecha. Sin Le Pen en la contienda, un candidato centrista como Édouard Philippe podría consolidar un frente republicano en 2027. Mientras tanto, la izquierda sigue dividida y sin un liderazgo claro, lo que dificulta su capacidad de capitalizar el descontento popular.
La inhabilitación de Le Pen deja un vacío que distintas fuerzas políticas intentarán llenar. Bardella es el principal beneficiado dentro del RN, pero deberá demostrar que puede liderar un partido que ha girado en torno a la figura de Le Pen por más de una década.
La derecha tradicional también podría aprovechar la crisis del RN. Líderes como Bruno Retailleau podrían atraer a votantes conservadores que ven en el escándalo de Le Pen una confirmación de que el RN no es tan distinto de los partidos tradicionales que ha criticado.
El macronismo, aunque debilitado, se encuentra en una posición más cómoda sin Le Pen en la ecuación. Un candidato centrista podría tener mayor margen para consolidar una coalición republicana en 2027. Édouard Philippe, ex primer ministro de Macron, aparece como una opción fuerte para atraer tanto a votantes moderados como a sectores de la derecha desencantados con el RN.
Sin embargo, la condena de Le Pen no necesariamente significa el fin del RN. En otros países, los líderes populistas han sabido convertir sus problemas judiciales en una retórica de victimización, logrando aumentar su respaldo electoral. Si Le Pen consigue presentar su caso como una persecución política, el impacto de su condena podría ser menor de lo esperado.
La condena de Marine Le Pen marca un punto de inflexión en la política francesa. Su reacción en los próximos meses determinará el futuro del RN y la estabilidad del sistema republicano.
Si su apelación prospera, podría volver a la carrera presidencial y reforzar su imagen de líder opositora. Si, en cambio, la justicia mantiene su inhabilitación, el RN deberá reorganizarse sin su figura más emblemática, lo que podría llevar a una crisis interna o a una nueva era bajo el liderazgo de Bardella.
La extrema derecha ha alcanzado su mayor nivel de influencia en la historia reciente, pero su futuro dependerá de si puede sobrevivir sin Marine Le Pen o si su liderazgo resulta irremplazable.