14 de abril de 2023 - 00:19 Francia acabó 2021 con una tasa de riesgo de pobreza del 14,4% de la población. Esto es un aumento del 0,2% respecto de la medición de 2020. Los efectos de la pandemia empezaron a aparecen en las estadísticas. En total, se trata de 9.160.000 de personas que sufren lo que se conoce como “riesgo de pobreza”. Dicho umbral hoy en Francia es algo más de 13.600 euros por persona, o algo más de 28.500 euros para una familia tipo con dos hijos menos. Si profundizamos en este número, las mujeres tienen más riesgo de pobreza que los hombres. También lo tienen los menores de 18 años cuyo porcentaje alcanza al 18.6%, más de 4 puntos sobre la media de la población.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos de Francia, París cuenta con el número más alto de asaltos y agresiones, con 8.503 en 2021, mismo año en el que registró la tasa más alta de robos sin violencia en el país, con 49,7 víctimas por cada 1.000 habitantes. Reflejo de esta situación es el refugio Miga de Pan, el más grande de toda Europa. Allí varios de los indigentes comen, duermen, se asean, se recrean. Actualmente, recibe más de 1200 personas, entre residentes y las personas que asisten de manera transitoria.
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El refugio Miga de Pan recibe a decenas de personas a diario en Francia.
Foto: Yahoo
Saint-Denis, la otra Paris
La comuna más postergada de Paris es Saint-Denis. Conocido por albergar al Stade de France, y porque allí se encuentran enterrados más de 70 monarcas entre reyes y reinas. Viven 1.6 millones de personas, en medio de problemas sociales de larga data y muy difícil solución. Dentro de la comuna, se encuentra el barrio de Sant-Denis, el barrio más pobre no solo de Paris, sino de toda Francia. Se ubica en el norte de las afueras de Paris y allí viven 100.000 habitantes. En Saint-Denis conviven la multiculturalidad con el delito, la postergación, la inseguridad y el tráfico de drogas. Allí se registra la tasa más alta de robo armado.
Saint-Denis tiene otra característica. Tiene una muy fuerte presencia histórica de inmigrantes. A lo largo de la historia ha sido refugio de inmigrantes. En primer lugar, europeos. Pero luego, también fue el territorio que albergó a magrebíes, subsaharianos, turcos y chinos, entre otros. Francia ve a Saint-Denis como un foco de terrorismo islámico, de hecho, fue un barrio clave en la comisión de los atentados terroristas de 2015.
La postergación económica, de la mano con la segregación social que vive la comunidad musulmana, hacen de Saint-Denis un barrio ideal para cultivar el rechazo de la comunidad musulmana hacia Occidente. Los últimos informes oficiales, además, alertan sobre el creciente repliegue de la comunidad musulmana sobre sí misma. Es decir, la integración con la sociedad francesa cada vez es menor, lo cual solo puede alimentar eventuales conflictos.
Los quemacoches: entre la diversión y el rechazo al sistema
Desde hace más de 30 años, el fenómeno de los quemacoches aqueja a Paris. De origen en Strasburgo, a fines de los años 80, la dinámica consiste en que personas queman autos de manera indiscriminada el 14 de julio (fecha patria) y el 31 de diciembre (noche vieja). También hay algo de histórico: Durante la Comuna de París (el fugaz régimen revolucionario de 1871), dieron mucho que hablar las pétroleuses (mujeres que provocaban incendios). En la Semana Sangrienta ardieron el Louvre y el Ayuntamiento. Así lo asegura el analista Jerome Fourquet.
Hoy, el fenómeno se extendió a otras ciudades, en particular Paris. En general, esas ciudades presentan problemas sociales tales como el desempleo o la segregación social. Algunos analistas incluso señalan que algunas de estas ciudades son casi guetos de personas postergadas.
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El resultado final del accionar de los quemacoches parisinos.
Foto: Christian Hartmann (Efe)
Los motivos que llevan a las personas a quemar autos son varios, pero en general podrían agruparse en uno solo: el descontento social. El mismo gobierno francés considera que es una manera de exponer su enfado con la sociedad en la que viven, y con el gobierno, claro. Por supuesto, también están quienes lo hacen para cobrar el seguro de su coche viejo o deteriorado, y quienes lo hacen por diversión. Pero, el motivo más relevante, es la expresión de una ira contenida de personas que conviven con serias dificultades a nivel social y que ven postergado (en el mejor de los casos) su desarrollo.
Un punto de inflexión fue el año 2005. El 27 de octubre dos jóvenes africanos musulmanes, que fallecieron electrocutados en una comuna pobre del este de Paris luego de una persecución por parte de la policía. El episodio desató la ira de la población joven, quienes manifestaron su descontento con el gobierno por el acoso policial y el desempleo juvenil quemando coches durante varios días. El saldo final de la revuelta fue de 8.000 vehículos quemados y más de 2.700 personas detenidas.
La práctica de quemar coches en Paris, también extendida a otras ciudades del país e incluso de Europa, es una manifestación clara de rechazo a un orden social que excluye por parte de la franja joven de la sociedad, que desobedece a la autoridad estatal, tanto de los gobernantes como de las fuerzas de seguridad.