El próximo martes 5 de noviembre, Estados Unidos vivirá unas elecciones presidenciales sumamente reñidas entre la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump.
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SUSCRIBITEDonald Trump y Kamala Harris recorren en el final de la campaña los "swing states", aquellos estados en donde se definirá quien gobernará Estados Unidos
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SUSCRIBITEEl próximo martes 5 de noviembre, Estados Unidos vivirá unas elecciones presidenciales sumamente reñidas entre la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump.
Ambos candidatos han centrado sus esfuerzos de campaña en siete estados clave, conocidos como swing states, donde se prevé que se decidirá el resultado final. Aunque Harris lidera a nivel nacional en la mayoría de las encuestas, la diferencia es tan mínima que el resultado podría inclinarse en cualquier dirección, especialmente por el sistema del Colegio Electoral que predomina en el país.
En EE.UU., el presidente no se elige por mayoría de votos, sino por el sistema del Colegio Electoral. Cada estado tiene un número determinado de votos electorales (un total de 538) basado en su población, y en casi todos los estados, el candidato que obtiene la mayoría de votos se lleva la totalidad de sus votos electorales. Así, para ganar la presidencia, se necesitan 270 votos electorales. Este sistema convierte a los swing states en los grandes protagonistas de la elección, ya que, aunque el resultado popular sea ajustado, los votos electorales pueden dar un giro drástico al desenlace final.
La carrera presidencial se ha caracterizado por una fluctuación constante en los números de las encuestas, que en los últimos días muestran a Harris con una ligera ventaja a nivel nacional. Sin embargo, esta ventaja es apenas de entre 1 y 2 puntos porcentuales, situándose dentro del margen de error en la mayoría de los sondeos, lo que sugiere una competencia extremadamente cerrada.
Estos datos reflejan una tendencia de empate lo que ha convertido a los estados clave en el verdadero escenario decisivo de la elección.
Los estados en disputa en estas elecciones son Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada, que juntos representan 93 votos electorales fundamentales. Aquí, las encuestas muestran resultados mixtos y un margen de error que podría hacer inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos candidatos.
La división entre los votantes refleja las diferencias en las políticas de ambos candidatos. Según las encuestas, un 28% de los votantes considera que el país va en la dirección equivocada, un argumento que Trump ha aprovechado para impulsar su narrativa de cambio. Por otro lado, Harris cuenta con una ventaja en temas como el acceso al aborto, con una diferencia de hasta 16 puntos sobre Trump en este tema, lo que moviliza especialmente al electorado femenino y progresista.
El tema de la inmigración también juega un papel importante, con un 15% de los votantes favoreciendo las políticas de Trump, quien ha prometido ejecutar la deportación masiva de inmigrantes indocumentados si es elegido. Harris, quien estuvo a cargo de la política migratoria durante la presidencia de Biden, se encuentra en desventaja en este tema según las encuestas, ya que un 11% de los votantes prefieren a Trump en este aspecto.
Otra tendencia importante es el cambio en el apoyo de votantes afroamericanos y latinos, quienes en esta elección muestran un leve aumento en su respaldo a Trump. Sin embargo, la tasa de participación es más baja entre estos grupos, lo que hace que la movilización del voto sea una prioridad para ambas campañas. Los esfuerzos de Harris han estado centrados en los suburbios y las redes sociales, mientras que Trump ha optado por comunidades digitales, una estrategia que, si bien innovadora, presenta desafíos en términos de eficacia
Con un 15% de votantes que se consideran "no totalmente decididos", los últimos días de la campaña podrían ser decisivos. Además, el voto anticipado ha favorecido tradicionalmente a los demócratas, pero este año ha habido un aumento en la participación temprana de los republicanos, lo que añade otra capa de incertidumbre. Si los estados clave se inclinan en una misma dirección, el resultado podría ser una victoria clara para uno de los candidatos.
Trump y Harris han adoptado enfoques opuestos en sus actos finales de campaña. En un mitin celebrado en el Madison Square Garden de Nueva York, Trump reunió a una multitud de seguidores, en un acto caracterizado por un discurso combativo y comentarios polarizantes. El evento incluyó una serie de oradores polémicos, entre ellos celebridades como Hulk Hogan y figuras mediáticas como Tucker Carlson. En sus palabras, Trump enfatizó la importancia de fortalecer la economía y la seguridad fronteriza, puntos centrales de su plataforma, además de hacer apelaciones a sectores juveniles, un grupo donde su equipo considera que aún puede ganar terreno.
Por su parte, Harris eligió Washington D.C., un enclave demócrata, para su acto final. En un discurso dado en la Elipse, cerca de la Casa Blanca y con el Monumento a Washington como fondo, Harris buscó marcar un claro contraste con Trump, recordando a los votantes los disturbios en el Capitolio del 6 de enero de 2021 y presentando al expresidente como un líder impulsado por el resentimiento y la revancha. Harris se centró en temas como el acceso a la atención médica, los derechos reproductivos y la seguridad social, mientras apelaba al electorado femenino y a votantes indecisos, en especial entre las mujeres de los suburbios.