21 de junio de 2024 - 20:49 Por Sarai Avila Durante la cumbre del G7 celebrada en Italia, los líderes internacionales emitieron un comunicado condenando el apoyo de China a Rusia. El G7 afirmó que "el apoyo continuo de China a la base industrial de defensa de Rusia está posibilitando a este país mantener su guerra ilegal en Ucrania y tiene implicaciones significativas y de amplio alcance para la seguridad”.
En consecuencia, amenazaron con sanciones adicionales contra entidades chinas involucradas en el suministro de materiales de doble uso y otros componentes críticos que podrían ser utilizados por Rusia en el conflicto.
El comunicado final del G7 incluyó un firme compromiso de tomar "robustas acciones" contra las entidades chinas y de otros países que faciliten la maquinaria bélica rusa, advirtiendo que impondrán "medidas restrictivas" para prevenir abusos y restringir el acceso a los sistemas financieros occidentales. Los líderes del G7 también destacaron su deseo de que China apoye una "paz integral, justa y duradera" en Ucrania, instando a Pekín a cesar la transferencia de materiales de doble uso a Rusia.
Reacción de China
China respondió de manera vehemente a estas acusaciones, calificando el comunicado del G7 de "arrogante, prejuicioso y lleno de mentiras". El portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Lin Jian, declaró que las acusaciones carecen de fundamento tanto a nivel fáctico como legal y moral. Pekin ha negado repetidamente tener vínculos militares con Rusia y ha solicitado una conferencia internacional para retomar el diálogo en Ucrania.
Declaraciones de la OTAN
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, también se sumó a las críticas contra China, destacando que el apoyo tecnológico de Pekín a Moscú está permitiendo a Rusia mantener su ofensiva en Ucrania. Stoltenberg enfatizó que China está proporcionando tecnologías críticas, como la microelectrónica, que son esenciales para la producción de misiles y otras armas utilizadas en el conflicto.
Préstamo a Ucrania
En paralelo a estas tensiones, la cumbre del G7 también resultó en un acuerdo significativo para apoyar financieramente a Ucrania. Se aprobó un préstamo de 50.000 millones de dólares, financiado con activos rusos congelados, destinado a ayudar a Ucrania a mantener su estabilidad económica y continuar su esfuerzo bélico contra la invasión rusa. Este préstamo es un testimonio del compromiso continuo de las naciones occidentales para apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa y asegurar que la nación tenga los recursos necesarios para resistir y recuperarse.
Este préstamo demuestra la determinación de los países occidentales de proporcionar el apoyo necesario para que Ucrania pueda resistir la invasión rusa. Este financiamiento adicional no solo refuerza la capacidad de Ucrania para continuar su defensa, sino que también envía un mensaje claro a Rusia sobre la unidad y resolución de la comunidad internacional para oponerse a su agresión.
La relación entre China y Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania ha generado serias preocupaciones entre los líderes occidentales. Las declaraciones de la OTAN y el G7 subrayan la necesidad de una respuesta coordinada y firme para disuadir el apoyo de Pekín a Moscú. Mientras tanto, las sanciones y restricciones continúan siendo herramientas clave en el esfuerzo por limitar la capacidad de Rusia para sostener su ofensiva en Ucrania, destacando la complejidad y el alcance global del conflicto actual.