16 de febrero de 2024 - 23:40 Por Sarai Avila El 24 de febrero se cumplen dos años desde la invasión de Rusia en Ucrania. La semana pasada, el presidente Volodímir Zelenski publicó en su cuenta de Telegram que Ucrania "necesita cambios inmediatos en su estrategia militar y apuesta por un nuevo enfoque de movilización y reclutamiento".
El Jefe de Estado reconoció la imposibilidad del Ejército ucraniano de cumplir sus objetivos: la recuperación de territorio bajo el control ruso, y subrayó que espera que las fuerzas armadas puedan recuperar el control de la guerra mediante el uso y producción de drones equipados con explosivos. El comandante en jefe del ejército ucraniano, Ristem Umerov, declaró que "la guerra no es la misma; cambia y exige cambios".
La falta de municiones, la reducción de las tropas y la situación económica ucraniana son un fuerte indicador de deterioro y un grito de ayuda. La ayuda económica y armamentística que el país recibe de Occidente es clave para el desarrollo de Ucrania en la guerra. Esta semana se rechazó en el Senado estadounidense un proyecto de ley promovido por la Casa Blanca, apoyado por senadores republicanos y demócratas, que pretendía asegurar 60.000 millones de dólares de ayuda a Ucrania.
El 13 de febrero, el presidente Joe Biden realizó una declaración en la Casa Blanca en la que mencionó que "ayudar a Ucrania es ahora más urgente que nunca" y solicitó a la Cámara de Representantes aprobar los fondos necesarios. También manifestó que "ningún otro presidente en la historia ha claudicado de esta manera ante un dictador ruso. Déjenme decir esto lo más claro posible. Yo nunca haré algo así. Por el amor de Dios, es estúpido, vergonzoso, peligroso e indigno de un estadounidense".
El dinero es imprescindible para que Ucrania se mantenga en pie, y la ayuda estadounidense es clave para "un arreglo de paz", declaró el presidente ruso Vladimir Putin en la entrevista que realizó con el periodista estadounidense Tucker Carlson. El presidente agregó que "si a alguien se le ocurre la idea de enviar tropas regulares para apoyar a Ucrania, pondría a la humanidad al borde de un conflicto global. Lo mejor sería llegar a acuerdos, pero partiendo de la base de que Rusia luchará por sus intereses hasta el final" y subrayó que "fue Ucrania quien comenzó la guerra en 2014 cuando fue derrocado el presidente Viktor Yanukovich. El objetivo de Rusia es poner fin a esta guerra y la campaña militar que comenzó el 24 de febrero de 2022 es un intento de terminarla".
Por su parte, el candidato presidencial y ex presidente, Donald Trump, dijo la semana pasada que Washington podría no proteger a los aliados de la OTAN de un posible ataque de Rusia si gana las elecciones de noviembre, a menos que algunos miembros de la alianza incrementen su gasto militar, lo que provocó fuertes reacciones en Europa. El presidente Joe Biden condenó los comentarios y los calificó de "peligrosos" y "antiestadounidenses".
La OTAN lanzará un centro de adiestramiento, análisis y educación para la defensa dirigido a las tropas ucranianas que complementará con el entrenamiento que brinda la Unión Europea, con el objetivo de preparar a los soldados, formarlos en estrategia y en la gestión de la administración de defensa. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió que "la demora en aprobar la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania perjudica a las fuerzas armadas mientras luchan contra las tropas invasoras de Rusia". Antes de una reunión de ministros de Defensa de la OTAN el jueves, Stoltenberg dijo que "espera" que el Congreso de Estados Unidos acepte continuar el apoyo a Ucrania.
El 16 de febrero, el presidente francés Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski firmaron un acuerdo bilateral de seguridad que busca dar "una señal de apoyo a largo plazo" a Kiev. Este acuerdo se ha estado negociando durante varios meses, y los mandatarios discutirán la continuación del apoyo militar y económico de los aliados de Kiev.