El convenio original y las primeras dudas
El 20 de Julio de 2012 se suscribIó en China el Acuerdo bipartito entre la CONAE y la CLTC, Agencia China de Lanzamiento y Control de Satélites, sobre el establecimiento de una Estación en la República Argentina en el sitio denominado CLTC-CONAE-NEUQUEN. Hasta ese momento, toda una cuestión vinculada al interés científico, salvo por el hecho que dicha empresa está vinculada directamente al ejército de la República Popular China. O sea, que si bien se parte del supuesto que no se trata de una base con fines militares, hay bastante involucramiento de las fuerzas armadas de ese país que además obtuvo la concesión para su manejo durante 50 años y a pesar de ciertas clausulas que hablan de un intercambio científico.
Durante el gobierno de Alberto Fernández, donde no se hizo ningún tipo de cuestionamiento al respecto, existieron dos pedidos de informes en el Senado al respecto. Por un lado, el del senador Julio Martinez (Juntos por el Cambio- La Rioja) que pidió que se detalle, en relacion a la supuesta cooperación científica, el uso realizado por la CONAE del mínimo de 10 % del tiempo de uso de la antena de la Estación. Preguntó sobre quienes son los científicos intervinientes, sobre la cantidad de horas utilizadas por cada uno y los proyectos a los que se reportan dichas observaciones, Por otra parte, el proyecto presentado por la Senadora Lucila Crexxel, representante de Neuquén por el Movimiento Popular Neuquino, apunta principalmente a conocer si existen otros proyectos de cooperación científica similar. ¿Qué participación real tiene el CONAE y cual es la supervisión que se hace del equipamiento, con el fin de constatar que se utiliza realmente ajustado al acuerdo de cooperación.
La base espacial, conocida oficialmente como Estación de Espacio Profundo, marcó un hito significativo en la expansión de las capacidades espaciales de China y en las relaciones sino-argentinas. Inaugurada en 2017, esta instalación de 200 hectáreas en la Patagonia argentina representa la primera base de este tipo que China opera fuera de su territorio nacional.
¿Existieron visitas científicas?
En su momento, desde la redacción de El Archivo nos habíamos comunicado con fuentes del Ministerio de Educación de la provincia y éstas no confirmaron que estas visitas hayan tenido lugar. En la misma línea se manifestaron otras fuentes del gobierno del Neuquén. También la Universidad Nacional del Comahue, entidad educativa con quien se firmó un convenio para implementar un cronograma de visitas, que no pudo brindar informes sobre visitas realizadas a la base. En síntesis, ninguna de las instituciones que deberían tener conocimiento de estas visitas, por haberlas organizado o al menos validado, poseen registros de esas visitas ni tampoco evidencias de listados de alumnos y profesores que hayan participado.
Las sospechas de EEUU
Estados Unidos ha manifestado de diversas formas y a través de distintos oradores su preocupación. Hace dos años, la entonces flamante jefa del Comando Sur de los Estados Unidos general, Laura Richardson, que estuvo nuevamente de visita en Argentina hace poco, había explicitado sus dudas respecto al uso que se le da a la estación cuando el acceso está cerrado a ciudadanos argentinos. También remarcó el hecho de que sea manejado por una empresa estatal que depende de autoridades militares. Hace un año, la congresista María Elvira Salazar había realizado varias menciones al tema en diversas reuniones en el Capitolio, incluso llegando a interpelar al propio Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. El año pasado, el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley, fue el que hizo hincapié en el tema afirmando: "me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué. Tengo entendido que se trata de soldados del ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí"
Las dudas sobre la tecnología dual
La base en Neuquén es un componente crucial de su ambicioso programa espacial. Le da a China una capacidad de seguimiento y comunicación global que es esencial para misiones de espacio profundo, como las exploraciones lunares y marcianas. Además, fortalece la presencia estratégica de China en el hemisferio occidental, ampliando su influencia más allá de la región Asia-Pacífico.
La base también tiene implicaciones para el equilibrio de poder global. Representa un desafío directo a la hegemonía estadounidense en el espacio y en América Latina. La capacidad de China para operar una instalación de este tipo tan lejos de su territorio nacional demuestra su creciente alcance global y su disposición a proyectar poder en regiones tradicionalmente dominadas por otras potencias.
La preocupación por la tecnología dual se centra en varios aspectos. Por ejemplo en las capacidades de la antena: parabólica de 35 metros que aunque oficialmente está destinada a la exploración del espacio profundo y las comunicaciones con sondas espaciales, potencialmente podría utilizarse para la recopilación de inteligencia para el seguimiento de satélites militares.
Tambien en la posible Intercepción de comunicaciones que podría tener implicaciones para la seguridad nacional de Argentina y países vecinos, y en el apoyo a operaciones militares chinas, aunque estén geográficamente distan.
Además, advierten lo expertos, los avances en tecnología espacial tienen aplicaciones duales por naturaleza y los conocimientos adquiridos a través de misiones científicas pueden aplicarse posteriormente en contextos militares.
En última instancia, el tema de la tecnología dual en la base de Neuquén subraya la complejidad de las relaciones internacionales en la era espacial moderna, donde los límites entre la cooperación científica, el desarrollo económico y las consideraciones de seguridad nacional a menudo se desdibujan. El tema de la tecnología dual es un aspecto crucial en el análisis de la base espacial china en Neuquén, y agrega una capa adicional de complejidad a las implicaciones geopolíticas de esta instalación. La tecnología dual se refiere a aquellas tecnologías y equipos que pueden tener tanto aplicaciones civiles como militares, y es particularmente relevante en el contexto de las actividades espaciales.
La cuestión del uso de la tecnología dual queda expuesta cuando en el proyecto se fundamenta que con la tercera antena ubicada en el hemisferio sur, porque existen otras dos montadas en China, CLTC, de quien ya hemos mencionado es una empresa dependiente del ejército chino, proyectaba tener la cobertura y visibilidad completa de la tierra para las misiones espaciales, o sea, traduciendo, es totalmente factible que estas antenas que son utilizadas para analizar misiones espaciales, tienen acceso a otro tipo de observación, que pueden no necesariamente ser legales. De hecho, el convenio destaca en su articulo 1° que "las instalaciones serán construidas y operadas por China, con el fin de poder dar soporte terreno a las misiones de exploración del espacio lejano" y en su articulo 3° que "la Argentina no interrumpirá ni interferirá las actividades normales que se lleven acabo en virtud del presente acuerdo de cooperación", o sea nadie que no pertenezca a la empresa china puede ingresar al predio sin su autorización.
¿Un territorio chino en Argentina?
La ley 27123 que permitió su instalación también es polémica:
*Se garantiza trámite acelerado y preferencial de las visas de migraciones para los ciudadanos chinos que trabajen en la base y también
*Se permite el uso de frecuencias de comunicación del espectro radioeléctrico nacional para que funcione su gigantesca antena.
*Otorga en favor de China una zona de exclusión que abarca un radio de 100 kilómetros a la redonda de la base para las bandas por debajo de 10 GHz y de 50 km para las superiores a los 20 GHz.
* Se asegura la protección contra distintos dispositivos de radiocomunicaciones, tales como aparatos domésticos, dispositivos automotores, resultantes de zonas cercanas y se detalla a cuánto deben ascender los niveles de “interferencias para radiofrecuencias”.
*Para ingresar se requiere una autorización expresa del gobierno chino, “mediante solicitud escrita remitida, como mínimo, con tres meses de anticipación”. De hecho, desde 2017, cuando terminó la construcción de la base, no hay ningún argentino en el predio, solo 30 ciudadanos chinos que trabajan y viven en la estación espacial.
*Los trabajadores que provengan de China se regirán por las leyes laborales de aquel país a pesar de prestar servicios en Argentina.
*La Argentina también renuncia a su jurisdicción y soberanía, cuando se señala que “toda controversia relativa a la interpretación del presente acuerdo o que surja durante la ejecución del mismo, se dirimirá amigablemente a través de los correspondientes canales diplomáticos”.
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La presencia China en Argentina
¿Que pasó después de la inspección ordenada por Milei?
El cambio de postura del gobierno de Javier Milei respecto de EEUU y China pareció generar otra impronta y posibles controles exhaustivos a las actividades de China, sin embargo, todo quedó en una visita técnica y nada más se supo al respecto salvo que la estación sigue operativa y bajo el celoso control de China.
Esta falta de supervisión por parte de las autoridades argentinas sobre las actividades de la base aumenta el riesgo de que se utilice para fines no declarados. Para Argentina, esto presenta un desafío diplomático y de seguridad. Se deben tener en cuenta, hoy mas que nunca en un contexto global que enfrenta a las democracias liberales con regimenes autoritarios como el de China y Rusia, los aspectos de seguridad nacional y las preocupaciones que tienen los países aliados de Argentina, sobre todo Estados Unidos, sobre el real funcionamiento de esta base.