13 de marzo de 2024 - 08:17 Por Sarai Avila La segunda economía mundial, China, que durante décadas avanzó a pasos firmes, se vio brutalmente afectada durante los últimos cuatro años debido a la crisis provocada por la COVID-19 y sus secuelas. Esto está haciendo que el gobierno recalcule sus objetivos.
Durante el 2023, el crecimiento del PBI fue del 5,2%, un número menor al esperado. Esto se debe a que la productividad ha ido disminuyendo y la demanda exterior de productos chinos también lo ha hecho. A su vez, la inversión china en el sector inmobiliario ha creado grandes niveles de deuda y un colapso en dicho sector. El gasto público está lastrado por la deuda, y el consumo de los hogares, que impulsa el PIB en todos los países desarrollados, es crónicamente débil, especialmente a raíz de la debacle de la política de cero-covid.
China y sus preocupaciones
El crecimiento potencial del PIB también se ve afectado por el estancamiento de la población activa, que dejó de crecer en 2022 a pesar de que la política del hijo único se levantó en 2016. China es el país donde la población envejece más rápidamente, lo que ha llevado a una reducción de la tasa de natalidad, ya que la mayoría envejece antes de alcanzar una renta elevada y los jóvenes deben encargarse del cuidado de los ancianos.
Por otro lado, la deuda pública de la China de Xi Jinping es un gran peso que enfrenta el gobierno. En 2022, la deuda fue de 13.065.012 millones de euros, con una deuda que representaba el 76,98% del PIB. La deuda per cápita es de 9.254 euros por habitante. En respuesta a esto, la confianza de los consumidores decrece, las inversiones privadas caen y la inflación es negativa. El FMI define la situación de China como un "lastre" para la producción mundial y declaró en noviembre que esperaba que la tasa de crecimiento de China alcanzará el 5,4% en 2023 y disminuyera gradualmente hasta el 3,5% en 2028.
Las políticas implementadas durante la pandemia han afectado la inversión de empresas privadas, los precios al consumidor, al sector inmobiliario y bancario, el desempleo juvenil se ha incrementado al igual que la guerra comercial y tecnológica con Estados Unidos. Los gobiernos locales luchan contra las dificultades financieras y la disminución de la venta de tierras.
Durante 2023, la industria creció un 6% interanual, mientras que el valor añadido de industrias como el transporte y la hostelería cayó un 0,8% y un 2,3% interanual, respectivamente. Los servicios apuntaron, el comercio exterior creció un 4,8% respecto al 2022, pero durante el mes de noviembre se desaceleró. La inversión extranjera directa descendió un 9,4%, y el número de nuevas empresas extranjeras registradas creció un 32,1% interanual. La economía de China creció a un ritmo del 5,2% el año pasado, pero eso se suma a la tasa de crecimiento anual de sólo el 3% en 2022.
China y sus nuevos objetivos
El lunes 4 de marzo, el Primer Ministro chino, Li Qiang, dio un discurso frente a la Asamblea, y declaró que el objetivo de crecimiento del PIB es del 5% para 2024 y propuso un plan a largo plazo denominado "nuevas fuerzas productivas". Este plan tiene en cuenta un sector inmobiliario inflado, inversión financiada con deuda, fabricación básica y la transición a industrias de alta productividad, políticas para impulsar las tasas de natalidad, la energía verde y el desarrollo tecnológico.
El objetivo de déficit fiscal del 3% para 2024 se incrementará con la emisión de bonos a largo plazo por un valor aproximado del 0,8% del PIB y otros fondos extrapresupuestarios, así como la emisión de 1 billón de yuanes (139.000 millones de dólares) en bonos especiales del Tesoro. La cuota de emisión de bonos especiales para los gobiernos locales se fijó en 3,9 billones de yuanes, frente a los 3,8 billones de yuanes de 2023.
La economía china enfrenta desafíos significativos que han dejado huellas en su crecimiento y estabilidad. A pesar de los obstáculos, el gobierno chino ha delineado un ambicioso plan a largo plazo que busca abordar los problemas estructurales e impulsar el crecimiento sostenible. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas dependerá de la capacidad del gobierno para implementar medidas efectivas y adaptarse a un entorno económico global en constante cambio.