SUSCRIBITE por $49
martes 13 de mayo de 2025

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Archivo. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Impactante revelación

China detrás del Covid 19: afirman que fue creado en un laboratorio en Wuhuan

Un científico de Argentina insiste que fue creado artificialmente en China. La historia detrás de sus afirmaciones, las denuncias de la viróloga Li-Meng Yan.

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Archivo. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
30 de abril de 2025 - 13:23 Por Sarai Avila

El neuropsiquiatra de Argentina, Gabriel de Erausquin, volvió a encender el debate público al asegurar que el virus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de COVID-19, fue creado de manera artificial en un laboratorio de China. En una serie de entrevistas recientes —entre ellas, a Infobae y La Nación— sostuvo que existe evidencia suficiente para afirmar que el virus no surgió de forma natural, sino que fue manipulado en el Instituto de Virología de Wuhan, con apoyo financiero de entidades estadounidenses.

“Sabemos exactamente cuánto dinero se asignó, a través de quién llegó al instituto y cuál era el propósito: investigación de ganancia de función para humanizar virus y producir vacunas”, expresó el científico, que actualmente dirige un laboratorio en la Universidad de Texas en San Antonio.

Según De Erausquin, desde el inicio de la pandemia existían indicios de la naturaleza artificial del SARS-CoV-2. Señaló que en 2020 dos equipos de investigación —uno en Holanda y otro en el Reino Unido— concluyeron de manera independiente que la proteína del virus presentaba signos de manipulación de laboratorio. Además, citó como antecedente la publicación de la viróloga china Li-Meng Yan, quien afirmó que la estructura del virus era “semisintética” y que debió exiliarse en Estados Unidos tras recibir amenazas del régimen chino.

La versión de Li-Meng Yan: exilio, denuncias y controversias

Li-Meng Yan, doctora en virología de la Universidad de Hong Kong, sostiene que el COVID-19 fue creado como arma biológica en China. Según relató en entrevistas a Fox News y otros medios, fue convocada a investigar el brote en Wuhan a fines de 2019 y descubrió que había transmisión entre humanos antes de que las autoridades lo reconocieran. Posteriormente, denunció haber sido silenciada y perseguida, lo que la llevó a huir a Estados Unidos.

image.png

La científica publicó su informe —titulado "Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una modificación de laboratorio"— en la plataforma Zenodo, sin pasar por revisión de pares ni validación académica.

Sin embargo, sus afirmaciones fueron fuertemente cuestionadas. Según explicó el virólogo Humberto Debat a Chequeado, el documento carece de rigor científico: “Aunque utiliza jerga técnica, presenta una selección arbitraria de elementos en detrimento de otros que contradicen su narrativa”. Investigadores como Andrew Preston (Universidad de Bath) y Carl Bergstrom (Universidad de Washington) coincidieron en que sus conclusiones son infundadas y motivadas políticamente.

La Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la revista The Lancet reafirman el origen natural del virus, basado en amplios estudios genéticos. “Las teorías conspirativas solo crean miedo, rumores y prejuicios que obstaculizan la colaboración científica global”, advirtió la carta publicada en The Lancet.

De Erausquin y las secuelas neurológicas del COVID-19

Más allá de la hipótesis sobre el origen del virus, Gabriel de Erausquin centró parte de su trabajo reciente en los efectos a largo plazo del COVID-19 en la salud cerebral. Liderando el Alzheimer’s Association Consortium on the Neuropsychiatric Sequelae of SARS-CoV-2, impulsó estudios longitudinales en más de 3.500 adultos de ocho países.

Su investigación, publicada en Frontiers in Aging Neuroscience, muestra que entre el 10% y el 35% de las personas que padecieron COVID-19 experimentan síntomas persistentes, como fatiga extrema, problemas de memoria, alteraciones sensoriales y deterioro cognitivo. En adultos mayores, estos síntomas se triplican respecto de los antecedentes previos: “En la población general de 60 a 70 años, la prevalencia de síntomas tempranos de Alzheimer es del 6% al 8%. En pacientes pos-COVID estudiados, sube entre el 21% y el 30%”, explicó.

Los hallazgos apuntan a que el SARS-CoV-2 afecta áreas cerebrales asociadas al olfato y al sistema límbico, generando inflamación, disminución del volumen cerebral y alteraciones neurodegenerativas. En particular, la pérdida persistente del olfato (anosmia) emerge como uno de los síntomas más vinculados al deterioro neurológico posterior.

El consenso científico sigue firme: origen natural

A pesar de las teorías alternativas impulsadas por De Erausquin y Yan, la evidencia científica más robusta continúa indicando un origen natural del coronavirus. Estudios revisados por pares y análisis genómicos publicados en Nature, The Lancet y Virologic descartan la hipótesis de una manipulación de laboratorio.

image.png

La OMS, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) y múltiples expertos coinciden en que el SARS-CoV-2 evolucionó de manera natural a partir de coronavirus de murciélagos, posiblemente con un huésped intermedio. La falta de un "huésped natural" identificado hasta ahora no invalida esta teoría, según la comunidad académica.

En este sentido, Maldito Bulo y Rapid Reviews COVID-19 también advirtieron que el informe de Yan no aporta pruebas sólidas y que su narrativa presenta motivaciones más políticas que científicas.

Un debate que sigue abierto

Las declaraciones de Gabriel de Erausquin se suman a la lista de voces que, desde el inicio de la pandemia, cuestionan la versión oficial sobre el origen del COVID-19. Si bien sus estudios sobre las secuelas neurológicas de la enfermedad están reconocidos en el ámbito académico, sus afirmaciones sobre la creación artificial del virus chocan de frente con el consenso científico actual. Mientras tanto, la figura de Li-Meng Yan sigue polarizando opiniones: para algunos, es una heroína que intentó alertar al mundo; para otros, una científica que no logró sustentar sus denuncias con pruebas verificables.

El debate sobre el origen del SARS-CoV-2 no es solo una cuestión científica: tiene implicancias políticas, geopolíticas y sanitarias. Una eventual confirmación de un origen artificial alteraría la confianza en los sistemas internacionales de prevención de pandemias, y podría redefinir las relaciones entre China, Estados Unidos y el resto del mundo. La ciencia avanza con evidencias sólidas, y hasta ahora, todas apuntan en una misma dirección: el COVID-19 surgió de la naturaleza, no de un laboratorio.

Temas
Seguí leyendo

Dejá tu comentario

Te Puede Interesar