26 de diciembre de 2023 - 11:10 Por Damian Szvalb Tras semanas de misterio, el líder opositor ruso, Alexéi Navalni, reapareció en una prisión cerca de la cordillera de los Urales, en el círculo polar ártico. Hacía tres semanas que había sido trasladado de la cárcel en la que estaba, por impulsar desde su prisión una campaña en contra de la reelección de Putin en las elecciones del próximo año. Pero desde entonces nada se sabía sobre él. En las últimas horas, tras casi tres semanas en paradero desconocido, su equipo de colaboradores confirmó que se encuentra en la penitenciaría IK-3 en la localidad de Jarp, en el distrito autónomo de Yamalo-Nénets.
Navalni cumple una pena de 30 años de prisión por cargos de fraude y extremismo. Lo cierto es que su suerte quedó echada cuando intentó presentarse como candidato para reemplazar a Putin en 2018. En aquel momento, se lo prohibió participar de la elección, por una vieja acusación de fraude que, según sus aliados, tenía motivaciones políticas. En agosto último fue condenado a otros 19 años en una colonia de "régimen especial" por extremismo. El líder opositor y sus seguidores insisten en que los cargos en su contra son políticos.
Previamente, a principios de la década del 2010, desde su activismo político había generado varias marchas populosas contra el Kremlin. En particular, a partir de la exposición de casos de corrupción por parte de Putin y sus funcionarios. Varias le valieron la prisión, pero, sobre todo, que el Kremlin comenzara a apuntarlo como un objetivo a eliminar.
Los incidentes con Navalni
Envenenamiento, recuperación y prisión
Los episodios que alimentan el caso de Navalni son varios. Por ejemplo, según determinó Alemania, Navalni fue envenenado por el Kremlin en agosto de 2020. El opositor logró recuperarse en Berlin, pero luego debió volver a Moscú. Al llegar a Rusia, tras su recuperación, en enero de 2021, fue detenido por un Tribunal y puesto en prisión preventiva. La Justicia rusa ordenó la detención porque Navalni «tiene pendiente una sentencia condicional y desde el 29 de diciembre de 2020 está en búsqueda por numerosas infracciones del período de prueba». Desde su lugar de detención, Navalni convocó a sus seguidores y a la población en general a salir a las calles a defender el futuro del país.
Según determinó Alemania, Navalni había sido envenenado el 20 de agosto con un agente químico desarrollado por los servicios soviéticos, por lo que varios países de Europa apoyaron la imposición de sanciones a funcionarios del gobierno de Putin. Ante la detención, tanto Europa como Estados Unidos reclamaron la inmediata liberación de Navalni.
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Navalni, en recuperación, tras ser envenenado.
Foto: REUTERS | ATLAS, vía El País.
Huelga de hambre
En abril de 2021, Alexei Navalni fue trasladado a un hospital penitenciario. El crítico del Kremlin esperaba recibir atención médica de un especialista elegido por él, pero la negativa del Gobierno ruso condujo a que llevara adelante una huelga de hambre. A los 21 días de la medida de fuerza, como consecuencia, su salud se vio gravemente afectada. Entonces, el servicio penitenciario le proveyó de vitaminas a pesar de que el equipo de abogados de Navalni denunciaban que pretendían alimentarlo a la fuerza.
Navalni, que permanecía encarcelado en la colonia penal IK-2 desde marzo de aquel año, fue trasladado al centro hospitalario de otra facilidad penal donde recibió atención médica. Aunque los médicos del servicio penitenciario le han diagnosticado una hernia de disco, el activista y su círculo cercano sugirieron que su malestar podía estar vinculado al envenenamiento neurotóxico que había sufrido en agosto de 2020.
Condena por fraude
En marzo de 2022, Alexei Navalni fue condenado a nueve años en una "colonia penal de régimen estricto" en un caso de fraude. Los fiscales lo acusaron de robar US$4,7 millones en donaciones entregadas a sus organizaciones por el gobierno ruso, incluida su fundación anticorrupción FBK. El Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), fundado en 2011 e ilegalizado en 2020, irritó sobremanera al Kremlin porque denunció el enriquecimiento ilícito de los altos funcionarios, incluido el presidente, Vladímir Putin, al que acusó en 2021 de tener un suntuoso palacio a orillas del mar Negro. Al dar su veredicto, la jueza Margarita Kotova alegó que Navalni había ejecutado un "robo de bienes" como parte de "un grupo organizado".
Nueva condena, esta vez por extremismo
En agosto de 2023, la Justicia rusa condenó a Alexéi Navalni a otros 19 años de prisión por extremismo, entre otros cargos. Es su quinta condena penal, lo que apoya la tesis de sus partidarios que creen que se trata de una estrategia del Kremlin para silenciarlo.
El opositor es acusado de crear una organización extremista, el FBK, la misma por la cual fue condenado por fraude en marzo de 2022. Además, también se le interpusieron cargos por financiar e instigar actividades extremistas, crear una organización que atentó contra los derechos de los ciudadanos e involucrar a menores de edad en acciones peligrosas, en referencia a manifestaciones opositoras no autorizadas.
La reaparición de Navalni
Tras tres semanas desaparecido, Navalni reapareció. El equipo de abogados y colaboradores de Navalni sugirió que había sufrido un "incidente de salud grave". Apuntaban que había sido provocado por el hambre. El Kremlin jamás se expidió al respecto. En las últimas horas, directamente confirmó que Navalni se encontraba en una nueva cárcel, sin dar mayores precisiones sobre los motivos de su traslado.
“No se preocupen por mí. Estoy bien. Estoy totalmente aliviado de haberlo conseguido (llegar) por fin”, escribió Navalni en X. “Sigo de buen humor, como corresponde a un Papá Noel”, completó, en referencia a su ropa y barba de invierno. “No esperaba que nadie me encontrara aquí antes de mediados de enero”, escribió. “Por eso me sorprendió cuando abrieron ayer la puerta de la celda y me dijeron: ‘un abogado a venido a verme’”, añadió Navalni.
La preocupación de la comunidad internacional
El caso Navalni definitivamente es un punto de suma complejidad en la relación entre Rusia y Occidente, que puede traer consecuencias no solo en materia política sino también en el ámbito económico, por las sanciones que podría recibir el gobierno de Putin mientras el opositor no sea liberado. También quedó pendiente la investigación sobre su envenenamiento, algo que Alemania confirmó como cierto, pero que el Kremlin ya rechazó en numerosas oportunidades.
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Las manifestaciones por Navalni no solo tienen lugar en Rusia.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea o Amnistía Internacional expresaron su inquietud por la suerte de Navalni, enemigo número uno del Kremlin. En los últimos días, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, exigió "una vez más" su "liberación inmediata" y al Kremlin que deje de "reprimir a las voces independientes en Rusia".