17 de marzo de 2023 - 14:45 Por Damian Szvalb La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por crímenes de guerra debido a su presunta participación en los secuestros de niños y adolescentes ucranianos. El tribunal dijo en un comunicado que Putin “es presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de (niños) y transferencia ilegal de (niños) de las áreas ocupadas de Ucrania a la Federación Rusa”.
También hoy emitió una orden para el arresto de Maria Alekseyevna Lvova-Belova, Comisionada para los Derechos del Niño en la Oficina del Presidente de la Federación Rusa, por acusaciones similares. La medida fue inmediatamente rechazada por Moscú: el Kremlin ya ha dicho que no reconoce a la CPI ni su jurisdicción.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, aplaudió la acción de la CPI y dijo que Putin y Lvova-Belova "tendrán que rendir cuentas por robar niños".
Es díficil que cualquiera de los casos llegue a juicio, ya que la CPI no puede llevar a cabo un juicio a menos que las personas relevantes estén bajo custodia, y es poco probable que Rusia entregue a su propia gente.
Si bien la Corte ha acusado a líderes mundiales antes, esta es la primera vez que emitió una orden de arresto contra uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
Más de 40 países que son parte de la CPI habían solicitado su intervención, según el New York Times, que fue el primero en informar sobre los próximos casos de guerra y órdenes de arresto.
¿A qué se considera un crimen de guerra?
Según la ONU, los crímenes de guerra incluyen violaciones graves del derecho o las costumbres internacionales cometidas contra civiles y/o ciertos combatientes en conflictos armados. Después de la Segunda Guerra Mundial se cambiaron las reglas de la guerra.
Los ejemplos de crímenes de guerra incluyen: atacar intencionalmente a poblaciones civiles, torturar, tomar rehenes, violaciones y otros tipos de violencia sexual, reclutar o reclutar niños y dirigir intencionalmente ataques contra edificios dedicados a la religión, la educación, el arte y otros aspectos culturales de la sociedad.