10 de enero de 2025 - 15:38 Por Sarai Avila Nicolás Maduro juró como presidente de Venezuela para un tercer mandato consecutivo en una ceremonia marcada por la controversia, denuncias de fraude y una condena generalizada a nivel internacional. A horas de asumir su tercer mandato, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó los pósters oficiales de las nuevas recompensas sobre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello: 25 millones de dólares.
La juramentación, realizada en la Asamblea Nacional, destacó por la ausencia de la mayoría de los líderes regionales y la presencia de solo unos pocos aliados como Cuba, Nicaragua y Bolivia. Mientras Maduro prometía “paz” y “lealtad” al legado de Hugo Chávez, las calles de Caracas reflejaban un ambiente de tensión y resistencia.
Las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 han sido calificadas como fraudulentas por la oposición y diversos organismos internacionales. Según observadores independientes como el Centro Carter, Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición, ganó con el 67% de los votos frente al 30% de Maduro. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el régimen chavista, declaró a Maduro como vencedor, ignorando las actas publicadas por la oposición que mostraban una clara victoria de González Urrutia.
La oposición denunció inmediatamente el fraude y convocó manifestaciones masivas. “No vamos a permitir que un régimen corrupto nos robe el futuro. El pueblo ha hablado y no nos rendiremos”, expresó González Urrutia tras conocerse los resultados oficiales. A su vez, la comunidad internacional comenzó a reaccionar con condenas, mientras que países aliados de Maduro, como Rusia y China, respaldaron su victoria.
Maduro secuestra a María Corina Machado
El 9 de enero, un día antes de la investidura, la oposición lideró una manifestación multitudinaria en Caracas. En este contexto, María Corina Machado, compañera de fórmula de González Urrutia, fue interceptada por agentes del régimen. Según su equipo, Machado fue retenida durante más de una hora, obligada a grabar videos bajo coacción y posteriormente liberada.
Este episodio desató una ola de reacciones internacionales. Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, expresó en Truth Social: “María Corina Machado y Edmundo González Urrutia representan la voluntad del pueblo venezolano. Estos luchadores por la libertad no deben ser lastimados y deben permanecer seguros”. Por su parte, Joe Biden calificó el secuestro como “una nueva maniobra de intimidación del régimen de Maduro” y añadió “La campaña de intimidación contra la oposición democrática en Venezuela debe terminar de inmediato. Exigimos respeto a los derechos fundamentales” Desde la Casa Blanca, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional declaró: “Condenamos tales detenciones, represión e intimidación, que no pueden ocultar el hecho de que Edmundo González Urrutia es el verdadero ganador de las elecciones del 28 de julio”.
Gabriel Boric, presidente de Chile, condenó enérgicamente el hecho: “Desde la izquierda política les digo: el Gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura. Esto no representa los valores democráticos que defendemos”. En tanto, Javier Milei, presidente de Argentina, calificó el episodio como “una muestra de la brutalidad de una de las peores dictaduras de la historia”. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Argentina, envió un mensaje de apoyo a la oposición: “Cuentan con un presidente electo de lujo, que tiene lo necesario para liderar una nueva Venezuela”. Mauricio Macri, expresidente argentino, añadió: “María Corina, no estás sola. El pueblo venezolano será libre”.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, condenó el régimen de Maduro, calificándolo como “una dictadura que atenta contra la dignidad de su pueblo”. En tanto, la Cancillería de Uruguay expresó su “más firme repudio a las acciones violentas contra líderes opositores” y responsabilizó al régimen de cualquier atentado contra la seguridad de los venezolanos. Daniel Noboa, presidente de Ecuador, señaló: “Cualquier político que guarde silencio ante estos actos es cómplice de la miseria que ha sembrado el régimen de Maduro”.
Desde España, Antonio Tajani, vicepresidente del Consejo de Ministros, declaró: “Exigimos la liberación inmediata de la líder de la oposición, María Corina Machado. No podemos tolerar más las acciones represivas e ilegítimas del régimen de Maduro”. Por su parte, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, afirmó: “El régimen criminal de Maduro toca fondo deteniendo violentamente a María Corina Machado tras la manifestación de Caracas, multiplicada por todo el mundo”.
El presidente de Paraguay expresó su “total condena y preocupación” por el ataque contra Machado, calificándolo de “nuevo atentado en contra de la libertad de expresión”. Asimismo, Human Rights Watch advirtió que “este acto marca un punto crítico de la represión estatal en Venezuela”.
La investidura en medio del aislamiento
La ceremonia de juramentación de Maduro reflejó el aislamiento internacional de su régimen. Solo cinco líderes asistieron al acto, entre ellos Miguel Díaz-Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua. Representantes de Rusia y China también estuvieron presentes, pero con delegaciones de bajo perfil. Mientras tanto, la Unión Europea emitió un comunicado tajante: “Maduro carece de la legitimidad de un presidente democráticamente elegido”.
En su discurso, Maduro arremetió contra sus críticos internacionales, especialmente contra Javier Milei. “La extrema derecha mundial está encabezada por un nazi, sionista y sádico social llamado Javier Milei, quien cree que puede imponerle un presidente a Venezuela”, declaró. Asimismo, Maduro afirmó que su mandato es “una gran victoria de la democracia” y que “ni Estados Unidos ni sus satélites podrán doblegar a Venezuela”.
Mientras tanto, la oposición venezolana enfrenta enormes desafíos. González Urrutia, asilado en República Dominicana, ha prometido regresar para asumir el poder, pese a la orden de captura en su contra. “Nos veremos pronto en Caracas, en libertad”, declaró en un evento en Santo Domingo. Sin embargo, el régimen ha cerrado fronteras y reforzado la militarización en Caracas para evitar cualquier intento de ingreso. Las calles de la capital siguen bajo una vigilancia extrema, pero la resistencia se mantiene. “Lo que hemos hecho es el movimiento ciudadano más importante que ha tenido Venezuela”, expresó Juan Pablo Guanipa, uno de los líderes opositores.